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domingo, 17 de mayo de 2015

Las 7 reglas de Paracelso



Las 7 reglas de Paracelso
“La suerte no existe y el destino depende de los propios actos y pensamientos”
1.- Lo primero es mejorar la salud.
Para ello hay que respirar con la mayor frecuencia posible, honda y rítmica, llenando bien los pulmones, al aire libre o asomado a una ventana. Beber diariamente en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el alcohol, el tabaco y las medicinas, a menos que estuvieras por alguna causa grave sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un hábito que debes a tu propia dignidad.
2.- Desterrar absolutamente de tu ánimo, por más motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio, tristeza, venganza y pobreza.
Huir como de la peste de toda ocasión de tratar a personas maldicientes, viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por tópicos sensualistas que forman la base de sus discursos u ocupaciones. La observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino, pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.
3.- Haz todo el bien posible.
Auxilia a todo desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.
4.- Hay que olvidar toda ofensa, más aún: esfuérzate por pensar bien de tu mayor enemigo.
Tu alma es un templo que no debe ser jamás profanado por el odio. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave voz interior, pero no te hablara así de pronto, tienes que prepararte por un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en sí, pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para manifestarse, la carne flaca.
5.- Debes recogerte todos los días en donde nadie pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada.
Esto te fortifica enérgicamente y te pone en contacto con las buenas influencias. En este estado de recogimiento y silencio, suelen ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presentan serán resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiara en tales instantes de silencio, a solas con tu conciencia. Ese es el daimon de que habla Sócrates.
6.- Debes guardar absoluto silencio de todos tus asuntos personales.
Abstenerse, como si hubieras hecho juramento solemne, de referir a los demás, aun de tus más íntimos todo cuanto pienses, oigas, sepas, aprendas, sospeches o descubras. Por un largo tiempo al menos debes ser como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.
7.- Jamás temas a los hombres ni te inspire sobresalto el día de mañana.
Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu no habrá mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo. El miedo y desconfianza en el futuro son madres funestas de todos los fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias atentamente a las personas de buena suerte, veras que intuitivamente, observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que allegan gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el sentido recto, pero poseen muchas virtudes que arriba se mencionan. Por otra parte, la riqueza no es sinónimo de dicha; puede ser uno de los factores que a ella conduce, por el poder que nos da para ejercer grandes y nobles obras; pero la dicha más duradera solo se consigue por otros caminos; allí donde nunca impera el egoísmo. Jamás te quejes de nada, domina tus sentidos; huye tanto de la humildad como de la vanidad, la humildad sustrae fuerzas y la vanidad las paraliza.
hermandadblanca.org

ANTIGUA ORACION DE GRATITUD DE LOS ESENIOS.



Antigua oración de gratitud de los Esenios que abre las puertas a la salud física y mental.
Hemos olvidado nuestros orígenes y abandonado la conexión con la naturaleza, de ahí nacen la mayoría de nuestros males físicos y mentales. y es nuestra fuente primigenia de armonía y dicha.
Muchas enfermedades podrían desaparecer al reconectar con la fuente de la vida.
Los Esenios, descendientes directos de Moisés, y un pueblo de gran sabiduría tenían esta bella oración para dar las gracias y manifestar su amor a la tierra.
Son bellos ejercicios compatibles con nuestra vida actual.
Pronunciar la palabra ‘gracias’ purifica y libera, nos desapega, nos da confianza y nos abandonamos, aceptamos la vida. Una forma radicalmente diferente de existir.
Antiguo Ejercicio Esenio de Purificación y Salud:
Párate en medio de la naturaleza viviente, entre el cielo y la tierra.
Siente la tierra bajo tus pies; siente como la tierra te carga y te sostiene.
Siente el cielo infinito sobre ti; te inspira, te mejora, te eleva.
En el cielo, piensa en el origen de tu espíritu y de tu inteligencia.
En el cielo, piensa en el origen de tu alma eterna, de la más elevada conciencia universal.
En la tierra, piensa en el origen de tu alma terrestre, en tu conciencia individual.
Siéntete como una unión viviente entre las fuerzas del cielo y de la tierra, del infinito y de lo que está en desarrollo.
Arrodíllate en la tierra, y con tu mano derecha cava un pequeño hoyo en la tierra.
Coloca las dos manos juntas sobre tu pecho (el corazón místico), en señal de oración y de unión interna con el cielo y la tierra dentro de ti.
En esta postura sagrada, permite que una hermosa luz, la fuerza, la presencia del cielo, fluya a través de ti: el omnipresente Padre de todos los seres vivientes. Imagina una luz diamantina, transparente como el agua pura.
Inclínate con amor sobre la Madre Tierra, y coloca tus manos alrededor del pequeño hoyo. Inclínate sobre la tierra y coloca tu boca entre tus manos.
Ofrécele con tus palabras a la tierra el agradecimiento del cielo a la Madre Tierra; ofrécele también el agradecimiento de tu corazón y, a través de ello, del corazón de la humanidad.
Pronuncia las palabras:
“Madre Tierra, yo te ofrezco mi agradecimiento con todo mi corazón, y a través de él del corazón de todos los hombres y las mujeres. Que todos los seres que llevas en tu seno protejan, nutran y bendigan todo lo que crece.”
Acuéstate después sobre la tierra y abandónate sobre ella. Que tu cuerpo y tu alma nacidos de ella sean uno con la Madre Tierra y su oculto esplendor.
Piensa y di:
“Madre Tierra, elimina todas mis enfermedades y mis faltas según tu voluntad, para que pueda recibir la bendición del espíritu divino y trasmitirla a todos los seres vivientes, según tu voluntad”.
Mantente en comunión, en silencio, mientras dejas que la tierra te purifique completamente.
Ponte nuevamente de rodillas y coloca tus manos frente a la rosa solar del corazón.
Piensa en tu espíritu, siente tu alma, y di con tu fuerza vital:
“Con amor y gratitud,
te ofrezco mi amoroso agradecimiento lleno de luz.
A la Madre Tierra, gracias;
al agua de la vida, gracias;
al precioso aire, gracias;
al fuego sagrado, gracias;
a los minerales, gracias;
a las plantas, gracias;
a los animales, gracias;
a la humanidad que camina por el sendero de la evolución, gracias;
a todos los ángeles, gracias;
a la inteligencia cósmica que creó mi pensamiento, gracias;
al océano de amor que creó mi sensibilidad, gracias;
a la vida universal que impregnó mi futuro con la semilla de la individualidad, gracias;
a todos los seres del mundo, doy las gracias en Él, la única Fuente que unifica a todos los seres en su origen y propósito”.
Cruza los brazos sobre tu pecho, inclina ligeramente tu cabeza, y pronuncia la palabra de cierre: “Amen”.
Entonces, rellena de nuevo el agujero que cavaste para hablar con la Madre del mundo.

QUÉ ES EL AMOR?



El amor no es una abstracción, sino una energía de verdad.
Empieza a entrar en contacto con Dios en tu interior. Siente el amor. Expresa el amor. El amor disuelve el miedo. Cuando se siente amor no puede temerse nada.
Como todo es energía, y el amor abarca todas las energías, todo es amor.
Nuestros corazones conocen el camino de la felicidad y la paz interior.
Prácticas espirituales como la meditación y la oración nos recuerdan lo que ya sabemos. Cuando nos olvidamos del mensaje de nuestro corazón y caemos en la rutina y en los baches de la vida, nos sentimos insatisfechos y desdichados.
Nuestra perspectiva está borrosa, hemos olvidado nuestro plan de vida, nos hemos perdido.
El remedio es sencillo. Dedica tiempo a recordar tu divinidad, tu naturaleza espiritual. Recuerda por qué estás aquí. La meditación es una forma de despertar la memoria.
La meditación es el arte de poner la mente en blanco para acallar la cháchara perpetua que normalmente llena nuestra conciencia.
En la tranquilidad de la mente silenciosa, empezamos a ser bservadores, a tomar distancia y, con el tiempo y la práctica, a darnos cuenta de que existe un nivel de conciencia superior.
Dentro de nuestras formas humanas hay un ser espiritual. Nuestra parte espiritual nunca muere. Jamás perdemos a nuestros seres queridos.
En realidad, todos los seres humanos estamos conectados … para siempre.
Cuando tenemos experiencias espirituales, casi siempre evocamos la energía del amor. Esa forma de amor es incondicional, absoluta e ilimitada.
Es como un impulso de energía pura, una energía que también posee atributos de gran fuerza, como la sabiduría, la compasión, la eternidad y la conciencia sublime.
El amor es la energía más básica y dominante que existe. Es la esencia de nuestro ser y nuestro universo. Es el componente fundamental de la naturaleza que conecta y une todas las cosas, a todas las personas.
La energía del amor es, en potencia, más fuerte que cualquier bomba y más sutil que cualquier hierba.
Lo que sucede es que aún no hemos podido aprovechar esa energía tan básica y pura.
Cuando lo consigamos, podrá darse una curación en todos los niveles, individualidad planetaria.
Del libro “El amor es la respuesta de a todo” – Dr. Brian Weiss

POR QUÉ TE AMO TAN PROFUNDAMENTE?



Porque lo que tú eres, también lo soy yo. Todo lo que eres en el espectro de tu ser, yo soy, pues yo soy el espectro desde el cual contemplas y creas tus ilusiones. El Yo Soy el que yo soy, es amor que trasciende la expresión común aquí, ya que no tiene condiciones ni obligaciones. Yo te amo simplemente por lo que eres, porque quien tú eres, cualquiera que sea tu expresión, es el Padre que yo amo tan profundamente.
Ahora, deseo hablarte sobre lo que tú percibes como tus equívocos y fracasos.
Al crear el hombre la noción de lo bueno y lo malo, lo perfecto y lo imperfecto, también ha creado las trampas llamadas culpabilidad y remordimiento que han hecho siempre tan difícil progresar en la vida. Pero yo te digo: cualquier cosa que hayas hecho a través de la virtud de tus muchas vidas en este plano nunca ha sido mala, ni tampoco buena. Ha sido simplemente una experiencia de la vida que te ha ayudado a llegar a ser quien eres ahora, y eso es, en verdad, la cosa más preciosa y maravillosa. Porque tú eres en este ahora, lo más grandioso que has sido nunca desde que empezaste este camino extraordinario, ya que tu sabiduría es mayor de lo que nunca ha sido.
Todo lo que tú has hecho, yo también lo hice. Y cada uno de tus errores, yo cometí los mismos. Y todo aquello que has juzgado en ti por carecer de fuerza y virtud, yo también lo juzgué. Pero yo nunca habría conocido la fuerza de mi ser si no hubiera conocido mi debilidad. Nunca habría amado la vida si no la hubiera visto desprenderse de mí. Y nunca habría sido capaz de abrazaros a todos vosotros si no hubiera despreciado la crueldad del hombre.
Cualquier cosa que hayas hecho, por vil o miserable que haya sido, la hiciste simplemente con el fin de crear un aprendizaje para ti mismo. Y a lo largo de ese aprendizaje te has dañado, dolido, entristecido, y te has degradado a ti mismo y, sin embargo, te has elevado por encima de ello, porque aquí estás ahora, dispuesto a conocer y abrazar la belleza que tú eres.
Todos aquellos en lo que sientas que has fallado o hecho algo malo, deseo que observes lo siguiente:
Desde el momento de tu nacimiento, tú y tus amados hermanos emprendisteis una gran aventura hacia el entendimiento emocional de todo el pensamiento; pensamiento a pensamiento. Tu alma fue creada para almacenar la emoción de cada pensamiento cada dimensión de Dios que aceptaste a través del Dios o espíritu de tu ser. Cada pensamiento que aceptaste y sentiste en tu alma, pero que aún tengas que entender completamente, tu alma te presionará a experimentarlo. ¿Para qué? Para obtener el entendimiento emocional completo de todos los aspectos de ese pensamiento, visto sólo a través de la virtud de la experiencia, que es la virtud llamada vida.
Has sido impulsado a lo largo de la eternidad a evolucionar y a extender la vida hasta la creatividad, y a experimentar cada manifestación de esa creatividad, desde el pensamiento hasta la luz, hasta la materia, hasta la forma y otra vez de vuelta hasta el pensamiento; desde el amor y la alegría, hasta la envidia, el odio y la tristeza, y de nuevo a la alegría. Tu alma te ha impulsado de experiencia en experiencia, de aventura en aventura, para poder realizarse a sí misma con el entendimiento completo de cada forma de pensamiento cada actitud, cada emoción para que así puedas conocer y entender la totalidad del pensamiento, que es la totalidad de Dios, la totalidad del Yo.
Tu alma anhela todo aquello que no ha experimentado. Cuando tu alma anhela una experiencia, ello significa que necesita información emocional sobre esa experiencia.
Por eso, tu alma creará un sentimiento llamado deseo que cautiva la totalidad de tu ser y te impulsa hacia una aventura, una experiencia. Entonces, cuando la experiencia ha terminado y las emociones se calman, has obtenido, gracias a esa experiencia, un tesoro mucho más valioso que todo el oro de este plano, te ha hecho avanzar hasta la sabiduría; lo cual indica que tu alma dice que ya nunca más tendrás que experimentar eso otra vez, pues has adquirido todo el entendimiento de ello. Entonces, tu alma perseguirá otro anhelo, y serás impulsado a hacer otras cosas, porque lo necesitas, lo quieres, porque el fuego dentro de ti te impulsa a experimentar toda la vida.
Ahora, ¿piensas que alguna vez te aventuraste a experimentar algo sabiendo que te haría daño o que ibas a fracasar? No. Siempre te has embarcado en cada aventura con gran curiosidad, interés y placer. Y aunque al principio el resultado era un tanto incierto, la emprendiste simplemente porque nunca lo habías hecho antes. La experiencia era nueva y excitante y querías aprender de ella. Y aunque la aventura pudo causar dolor, eso te ayudó a comprender la emoción llamada «dolor», lo que aumentó tu entendimiento de la vida. Así pues, esa experiencia tuvo un propósito en tu vida. Luego te embarcaste en la siguiente aventura que tu alma te impulsó a experimentar, para vivir otra aventura en la emoción y el entendimiento. Y eso te proporcionó más felicidad y realización en tu alma.
Cada cosa que haces, en el preciso instante en que la estás realizando, sabes en tu alma que la experiencia es buena para ti. Es sólo después de haber experimentado la aventura, y los sentimientos derivados de ella se han transformado en sabiduría, cuando averiguas que quizás lo hubieras podido hacer mejor o de otra forma. Pero nunca habrías sabido que había un mejor camino si no te hubieras embarcado primero en la experiencia y obtenido de ella la joya de la sabiduría. ¿Y debe alguien ser juzgado por eso? No, porque eso se llama inocencia, y también educación.
El fracaso es una realidad sólo para aquellos que creen en él. Pero nadie realmente fracasa en la vida. Jamás. A pesar de cada cosa que hayas hecho, ya sea miserable, despreciable o a escondidas que realmente no lo es, sigues vivo, y eso es algo milagroso. Fracasar significaría detenerse, sin embargo, nada puede parar, porque la vida es siempre continua; avanza a cada momento. Por eso, nunca puedes permanecer estancado o retroceder en la vida, ya que cada momento de la expansión continua de la vida siempre trae más y mayor entendimiento.
Tú nunca has fracasado. Siempre has aprendido. ¿Cómo podrías saber lo que es la felicidad si nunca has sido infeliz? ¿Cómo sabes cuál es tu meta sino una vez que la alcanzaste y te diste cuenta de que era un color diferente del que habías imaginado?
Tú nunca has cometido ningún error. Jamás. Nunca has hecho nada malo. De qué te sientes culpable? Todas tus equivocaciones, tus fracasos y tus errores son lo que se llama, apropiadamente, «pasos hacia Dios», paso a paso. Y sólo has llegado a saber todo lo que ahora sabes a través de haber dado todos los pasos.
Nunca te sientas culpable de aprender. Nunca te sientas culpable de saber. Eso se llama iluminación. Debes entender que has hecho lo que necesitabas hacer; todo fue necesario. Y tomaste todas las decisiones acertadas, todas. Tú vivirás mañana y también el bendito día que le seguirá, y todos los siguientes. Y lo que descubrirás en esos días es que sabes más de lo que sabes hoy. Sin embargo, el día de hoy no es un error; te guiará hasta la eternidad.
Tú tienes la opción de crear tu sueño de cualquier manera que elijas.
Pero como quiera que lo crees, para tu propio entendimiento emocional, estás añadiendo algo a la totalidad de la conciencia en todas partes; nunca le quitas, nunca puedes quitarle. Cada aventura que emprendes felizmente añade algo al fervor e intensidad de la vida.
Cada pensamiento que abrazas, cada ilusión que experimentas, cada descubrimiento que haces, cada cosa vil y miserable que haces amplía tu entendimiento, que a su vez alimenta y amplía la con ciencia de toda la humanidad y expande la mente de Dios.
Si piensas que has fracasado en la vida o hecho algo equivocado, disminuyes tu capacidad de percibir tu propia grandeza interna y externa, y tu importancia para la totalidad de la vida. Nunca desees suprimir nada de tu pasado ni una sola cosa porque la ficción de todas tus experiencias, sublimes o desgraciadas, ha producido dentro de tu alma las magníficas y hermosas perlas de la sabiduría. Esto quiere decir que ya nunca tienes que volver a soñar esos sueños, ni crear esos juegos, o experimentar esas experiencias, pues ya las has experimentado y sabes lo que se siente, tienes en tu alma su información; se llama sentimientos, el tesoro más auténtico de la vida.
Yo estoy aquí para decirte que se te ama incluso más allá de lo que entiendes que es el amor, pues siempre se te ha visto como un Dios que lucha por entenderse a sí mismo. Y de cada experiencia de todas tus vidas, has adquirido conocimiento, sabiduría; has dado algo al mundo, has añadido algo a la virtud de la vida que se despliega.
Tu vida ha sido un maravilloso espectáculo del fuego que vive dentro de ti. Debería ser contemplada con reverencia, santidad y divinidad. Porque sin importar lo que hagas, siempre eres Dios. Sin importar la máscara que lleves, eres Dios. No importa qué tipo de relación estés experimentando, sigues siendo Dios.
Tú eres merecedor de las aventuras de esta vida, de cada una de ellas. Y más aún, eres merecedor de las espléndidas aventuras que todavía te esperan. Pero nunca te convertirás en el Yo Soy ni entrarás por las puertas de la eternidad hasta que te des cuenta de que todo lo que has hecho, lo has hecho simplemente para adquirir la comprensión del Dios que eres, que se demuestra aquí y ahora por la virtud de todas tus experiencias sobre la plataforma llamada vida.
Así que tú, que llevas un abrumador bagaje de cargas sobre tus espaldas, si eso te hace feliz, que así sea. Pero si has aprendido todo lo que se puede aprender de ellas y estás cansado de ellas, deshazte de ellas. ¿Cómo? Amándolas, abrazándolas y permitiéndoles vivir en tu ser. Cuando hayas hecho eso, no te retendrán nunca más. Y a partir de ahí, la maravilla de la vida puede verse con ojos claros, el amor puede sentirse sin juzgarlo, y la alegría de ser se convierte en el poder del saber interior ilimitado.
Abraza tu vida. Sabe que eres divino y que la fuerza de tu ser está ahí gracias a todo lo que has hecho. Termina con la culpabilidad. Termina con la farsa de la pena por uno mismo. Deja de poner cargas sobre ti mismo. Deja de echarle la culpa a los demás. Toma las riendas. Te pertenece.
Ahora, ¿qué ocurre cuando has abrazado todo lo que has juzgado, amado todo lo que has despreciado, vivido todas tus ilusiones y perseguido todos tus sueños? Puedes mirar a otros que están experimentando estas mismas cosas para su aprendizaje, y puedes entenderlos y sentir compasión por ellos. Entonces, puedes amarlos como el Padre te ama y permitirles la virtud de las experiencias de sus propias vidas. Entonces te conviertes en lo que tú llamas un santo.
¿Cómo crees que llegas a ser un santo? Ciertamente no absteniéndote de la vida, ni escondiéndote en una cueva o un templo quemando incienso, o sentándote en lo alto de una montaña contemplando Dios sabe qué. Te conviertes en santo sólo viviendo la vida que es el Padre y experimentándola hasta sus límites, para que la virtud de la sabiduría culmine en una entidad capaz de abrazar la totalidad de la humanidad y amarla.
La única manera de conocer y convertirse en Dios es vivir y abrazar la vida plenamente, experimentar todas las situaciones, sentir todas las emociones, realizar cada acto, sea sublime o miserable, para que tu alma posea la sabiduría de toda la vida dentro de sí.
Nunca sabes lo que sufre el rey hasta que eres un rey. Y el rey nunca conoce la humildad de su sirviente hasta que se convierte en un sirviente. Y la mujer piadosa no conoce la miseria de la concubina hasta que se convierte en ella. Y la concubina no conoce el juicio de la mujer casta hasta que lo es.
Por eso, el camino hacia una vida virtuosa lo abarca todo. Incluye cada personaje, cada situación ilusoria creada dentro de la conciencia del hombre. Por eso, las entidades más nobles y más sabias han vivido cada situación creada por las aventuras de la humanidad. Ellos han sido la prostituta y el sacerdote, el gurú y el granjero, el asesino y la víctima, el conquistador y el conquistado, el padre y el hijo.
Ves, sólo condenas en los demás lo que no puedes aceptar en ti mismo. Si has vivido todas las situaciones y encontrado paz en ellas, entonces es fácil entender a otros y permitirles ser, sin juzgarlos, porque tú has sido ellos, y sabes que si los juzgas a ellos te estás juzgando a ti mismo. Entonces adquieres la virtud de la verdadera compasión, y las profundidades del amor existirán dentro de tu alma. Entonces serás, en verdad, un Cristo, porque entiendes, amas y perdonas a tus amados hermanos en sus limitaciones.
Amar al Padre en su totalidad, ser su totalidad, es amar todo lo que él es.
Y esos amados hermanos a tu alrededor son todo lo que él es. No importa cuál sea su aspecto, ellos son Dios en su realidad así como tú lo eres en la tuya. Y cuando hayas vivido toda su gloria, todas sus luchas, toda su tristeza y toda su alegría, entonces puedes abrazar a Dios visto en toda la gente. Entonces puedes amarlos. Eso no quiere decir que debas predicarles o socorrerlos. Simplemente déjalos ser y permíteles evolucionar de acuerdo con sus propias necesidades y designios. Hay aquellos cuyo destino es ser señores de la guerra, sacerdotes o gente en el mercado, porque eso es lo que necesitan y quieren hacer. ¿Quién eres tú para quitarles eso?
Cada uno en este mundo ya sea un hambriento, un lisiado, un granjero o un rey ha elegido su experiencia con el propósito de aprender de ella. Sólo cuando haya aprendido de ella y esté satisfecho con ella, pasará a otra experiencia, que le brindará una comprensión aún mayor de su Yo más profundo.
Cuando te conviertes en un maestro, puedes caminar entre el lodo y las tinieblas de la conciencia limitada y conservar tu totalidad, porque entiendes a las grandes masas y el por qué de su manera de ser, pues una vez tú fuiste así. Les permitirás la libertad de ser limitados y eso es amor verdadero porque sabes que esa es la única manera como pueden aprender a tener un entendimiento ilimitado y a amarse unos a otros, lo cual es, de hecho, amarse a sí mismos totalmente. Y cuando veas la cara de otro en la muchedumbre sin importar su color, limpieza o apariencia mirarás a la entidad y verás a Dios en él, porque si miras lo bastante cerca encontrarás a Dios en cada uno. Entonces amas como el Padre ama; ves lo que él ve, no sólo en ti, sino en todos los demás. Cuando puedes mirar a todos y ver la belleza que son, estás en el camino que asciende de este plano hasta un espacio más amplio donde existen muchas moradas. Pero las puertas están cerradas para aquél que no puede aceptarse plenamente a sí mismo y al Dios que vive en toda la vida a su alrededor.
Cuando sitúes a la gente en el lugar donde pertenecen, en su Dios fuente, sabiendo que sin importar lo que hagan, están viviendo para el Dios dentro de sí mismos así como tú vives para el Dios dentro de ti entonces puedes aprender a amar a toda la gente.
Cualquiera que sea su expresión, ahora puedes, por primera vez en tu existencia, amarlos verdaderamente, pues tu amor no está gobernado o restringido por el juicio. Y así es en verdad, como es un Cristo el hombre que vive como Dios dentro de su ser.
¿Cuál es tu camino en la vida? Seguir siempre tus sentimientos, escuchar a los sentimientos de tu alma y lanzarte a vivir las aventuras que tu alma te impulse a experimentar. Tu alma, si la escuchas, te dirá lo que necesitas experimentar. Si te sientes aburrido o no tienes deseo de hacer algo, ello significa que ya lo has experimentado, que has adquirido la sabiduría de esa aventura. Pero si quieres hacer algo, esa urgencia dentro de tu alma significa que debes vivir la experiencia y su virtud. Si te abstienes de ella, sólo estás posponiendo la experiencia hasta otro momento y otra existencia.
Vive la verdad de lo que sientas dentro y ama a quien está sintiéndolo. Entiende que el sentimiento debe ser expresado y satisfecho. Cuando quieras hacer algo, sin importar lo que sea, no es sabio ir en contra de ese sentimiento, pues hay una experiencia esperándote y una gran aventura que hará tu vida más dulce. Si escuchas a tus sentimientos, siempre estarás haciendo lo más apropiado para la evolución de tu hermoso ser hacia la sabiduría profunda. Es cuando vas en contra de tus sentimientos cuando sufres la enfermedad, la neurosis y la desesperación.
Sigue a tu corazón, a tus sueños, a tus deseos. Haz lo que tu alma te pida que hagas, no importa lo que sea, y hazlo hasta el final; entonces continuarás con otra aventura. Nunca serás juzgado a menos que aceptes los juicios de aquellos a tu alrededor. Y si aceptas su juicio, es únicamente tu voluntad hacer eso por la experiencia.
Llegará un momento, en esta vida o en las próximas, en el que habrás alcanzado ese punto donde ya no tienes el deseo de hacer esto o aquello, sino simplemente «ser». Nunca más maldecirás o juzgarás a la prostituta, al ladrón, al asesino o al país que está en guerra. Habrás vivido todas esas cosas y sabrás lo que se siente al serlas. Estarás tan completo con las experiencias de este plano, que ya no habrá nada que te arrastre otra vez aquí para experimentar. Entonces partirás hacia nuevas aventuras en planos superiores de existencia.
Cuando contemples lo que te acabo de decir, percibirás y entenderás un valor en ti mismo que es la demostración intencional del Dios poderoso, el fuego y la vida que tú eres. También entenderás que cualquier dirección que tomes en la vida, ese va a ser el camino hacia tu iluminación. Y por cada aventura a lo largo del camino, obtendrás una percepción mayor del misterio que eres. Llegarás a amar lo que eres, a acariciarlo y a pulirlo, hasta que la luz de tu ser pueda competir con la gran Luz del firmamento y la paz de tu ser pueda competir con la medianoche, cuando todo está tranquilo en la Tierra. Nunca más te negarás a ti mismo. Nunca alterarás lo que eres, ni juzgarás lo que eres. Permitirás aquello que has de ser.
Cuando amas lo que eres, puedes decir con gracia, dignidad y poder humilde: «Amo al Padre inmensamente, porque el Padre y yo somos uno. Y amo lo que soy inmensamente, porque el Yo Soy que yo soy es la esencia de todo lo que es». Entonces estás en armonía con el flujo de la vida. Eres un maestro que camina sobre este plano. Eres el Cristo resucitado, el Cristo que ha despertado. Eres una luz para el mundo. Sin embargo, no podrás convertirte en eso hasta que ames y abraces todo lo que has hecho y te des cuenta de que todo fue por el bien de tu vida, porque ello te ha transformado en la magnífica entidad que eres en este día.
Te he dado una gran enseñanza y lo he hecho de forma grandiosa, pues te libera del karma, del pecado, del juicio y el castigo. Porque el Padre es amor. Y el Padre carece de juicios, no es ni bueno ni malo, positivo o negativo. El Padre es simplemente el Ser que es. Y ese Ser abarca a toda la gente, todos los actos, todos los pensamientos y todas las emociones; todas las cosas. Si el Padre pudiera juzgarte, ciertamente se estaría juzgando a sí mismo, pues tú y él son uno mismo.
Así que el amor de Dios llamado vida, siempre te ha sido dado. A pesar de todas tus experiencias miserables, el sol aún sale y baila en los cielos. Las estaciones aún vienen y van. Las aves silvestres aún vuelan hacia el cielo del norte. Y el pájaro nocturno aún grita en la noche mientras tú cierras los postigos de tu habitación. Es en la continuidad de todas estas cosas donde, si miras, te darás cuenta del perdón y la eternidad que la vida siempre te ha concedido.
Deja esta audiencia con un corazón alegre y lleno de amor, porque tus cargas han dejado de serlo, tu redención es segura. Sabe que Dios te ama y siempre lo ha hecho. Sabe que no eres ni malvado ni bueno. Sabe que no eres ni perfecto ni imperfecto; que simplemente eres. Cuenta con el Padre en tu vida, porque él siempre ha estado ahí. Y cuando contemples el amor piensa en mi... y el viento surgirá de la nada.
Ramtha.

Mirar con ojos nuevos - Consuelo Martín




Extractos de diálogos con Consuelo Martín ― Vivir por inspiración
Consuelo Martín
— ¿Qué hacer en la vida diaria? Está ahí y tenemos que actuar. ¿Podemos actuar en libertad?
Claro. La vida diaria es la vida que se me ha dado a partir de la Vida total para que aprenda a ser libre. La vida diaria es la vida adaptada a mi manifestación personal. Soy la Vida total y en mi manifestación tengo una vida personal. Soy libre desde la Vida impersonal y además, personalmente actúo según la situación particular que se me presenta en cada momento.
— La vida diaria muchas veces da la impresión de repetición y esto cansa. Pero algunos momentos los vivo diferente. No sé a qué se debe.
La vida no es repetitiva, es un movimiento en armonía en una misma dirección. Cada momento es nuevo en el vivir. Lo que se repite es mi manera de ver, eso es lo que está condicionando y lo que cansa. Vive desde lo nuevo que vas intuyendo. No mires nunca dos veces de la misma manera.
— Cuando miro desde una visión más verdadera, no comprendo lo que veo alrededor y no puedo aceptarlo, aunque siento que debería hacerlo. ¿Qué haré en la vida?
Cuando hay comprensión hay más aceptación, cuando ves la vida desde una visión de totalidad, comprendes las limitaciones. La aceptación verdadera no es una actitud sentimental. Es la consecuencia de la amplitud de la conciencia. Una mente estrecha siempre hace divisiones. La mirada humana es particular y aun con buenos sentimientos, no comprende. El paso de lo humano a lo divino, a lo verdadero, es la amplitud de conciencia.
— ¿Cómo se transforma una experiencia triste del pasado en alegría verdadera?
Puedes mantener el pasado en la memoria o puedes dejarlo morir si ves que no tiene ninguna realidad. Acabas con el pasado al abrirte al momento presente. En el presente, encuentras el sentido de la Vida y en él todo se unifica. La alegría surge al vivir así, desde la unidad.
— ¿La vida me presenta ese sentido único o yo tengo que buscarlo? ¿Es como decir que Dios me guiará?
La vida te lo revela. Y a la vez tú lo estás revelando en el vivir. Tú eres la Vida. Desde lo profundo eres la Vida misma, y en tu movimiento particular como persona, movilizas las energías de cierta manera. Así, el mensaje lo estás enviando tú misma. Y si dices que Dios te guía, es verdad, te guía tu propio ser que es divino.
— Entonces ¿cuando la vida me presenta algo desde esa Vida total, siempre es lo más adecuado para mí, como tú nos dices?
Siempre, necesariamente es así. Y si lo miras una y otra vez te darás cuenta de que es una verdad evidente. Contempla el movimiento de la vida en tu cotidianidad y te darás cuenta de que es inteligencia en acción. Cada momento de ese movimiento es perfecto en su limitación, para el camino que está recorriendo la mente en ese instante. Esto no lo sabrás por experiencia. Si lo ves, será evidente para ti, porque es una verdad en sí misma.
— Pero al pensar lo que me sucede ¿no creo una vida falsa? A veces veo que es repetitiva.
Sí, puedes hacer definiciones de cómo tienen que ser las cosas, puedes tener unas perspectivas, deseos y fantasías de toda clase. Lo que te presenta la Vida no coincide con la película pensada que repites. Lo que te presenta la Vida es inteligentemente insistente, que es otra cosa. Los retos se te presentarán insistentes hasta que penetres en la verdad que quieren revelarte. Una vez hayas penetrado en ella, vivirás lo nuevo.
— ¿Cómo marcar la diferencia entre esas dos cosas que dices?
Distingue entre la interpretación de tu mente y lo que te revela cada día, cada instante, el vivir.
— Muchas veces creo que he comprendido ya algo y sin embargo se vuelve a repetir lo mismo ¿qué pasa entonces?
Nunca una situación es exacta a otra. Cada situación es nueva. Si la ves como si fuera la misma es porque la estás mirando de la misma manera, con la misma interpretación, a través de las ideas del pasado. Si la miras por primera vez, con inocencia, enseguida descubrirás que es nueva.
— ¿Cómo es esa mirada nueva?
Olvidas el sueño de las continuas interpretaciones y, libre de lo que sucedió y de lo que pensaste que sucedió, te abres a lo que está presentándose en este momento. Ahí tienes la mirada nueva, la que descubre que la Vida es una constante revelación de la Verdad.
— ¿Y la memoria para qué se usa?
La memoria es para lo técnico. Para vivir en tu interior no necesitas memoria. Todo puede quedar integrado en un instante de lucidez. La memoria es una obstrucción a la verdad que se revela a cada instante. Míralo ahora mismo. Mira cómo la memoria nos impide vivir.
— ¿Y no tengo que sentirme culpable por los errores del pasado? ¿Debo olvidarlos?
Desde luego. Olvídalos cuanto antes. Date cuenta de que hiciste lo que podías hacer con la visión que tenías en aquel momento. Ver esto te dejará libre de culpa. Coloca la intensidad de tu atención, tu lucidez en este instante.
— Pero ¿qué puedo hacer para vivir este instante? No sé qué hacer.
Lo mejor para ti es que no hagas nada. Eres consciente de estar aquí ahora mismo. Es suficiente. ¿Eres consciente además de ser una expresión particular de la Vida total?
— Sí, me estoy dando cuenta de que no soy nada del pasado. Pero temo perder este instante.
La Vida se expresa a través de ti. Observa el movimiento de tu respiración. Una realidad inmensa, infinita está ahí por descubrir. Date cuenta de eso. No te dejes distraer con las ideas. Mantente ahí, libre, vacío.



— Si en cada momento, la respuesta a las situaciones de la vida es espontánea, ¿cómo se va haciendo el contenido de una vida? ¿cómo se consiguen las metas que uno se propone?
Tu actuación surge espontánea si no está tu identidad en el tiempo. Entonces nada tienes que proponerte, porque nada hay que conseguir. Es un vivir único en el presente atemporal. Sin embargo, en el tiempo se va haciendo un proceso que se puede reconocer desde ahí. Llegas a ser profesor, padre de familia, etc ... ¿Pero es eso lo que eres realmente o eso solo sucede? El tiempo es condicionante pero solo afecta a la superficie de tu conciencia. Adentrándote en ti mismo eres libre y no te afecta la huella que vas dejando al pasar. El pensamiento programa, esa es su capacidad, pero tú no tienes que sentirte programado porque no eres pensamiento. […]
— ¿Qué me aconsejas para vivir espontáneamente?
Nada. Aunque si quieres que te diga algo te diré: olvida el pasado. Empieza ahora mismo a vivir como si no hubieras vivido nada hasta este momento. Deja tu mente limpia como tierra nueva, sin raíces, donde se pueda plantar cualquier cosa, donde las semillas de la vida puedan germinar y sus plantas florecer y fructificar espontáneamente. Tu mente quedará limpia con la verdad. Descúbrela y serás espontáneo desde ella. […]
— ¿Podrías ahondar un poco más en eso de vivir en el instante?
Lo eterno da vida en cada instante a lo que está en el tiempo. En cada momento la manifestación temporal cobra vida desde la eternidad y en cada momento muere, porque no es nada como forma manifestada. Y entonces aparece el nuevo impulso de la vida. Es lo mismo que el respirar. La vida espontánea nace y muere en cada instante.


— ¿Las personas somos entonces una creación instantánea constante? ¿Y nuestra vida también?
Todo aparece porque la conciencia está haciendo esta representación momento a momento. Lo real en tu vida es ese punto de contacto con lo eterno.

— ¿Cómo vivir el presente?
Descubre ahora mismo ese punto de contacto entre lo temporal y lo eterno.
Silencio...

— ¿Qué soy cuando soy libre?
Soy la vida total.

MUDRAS - El Poder del Yoga en tus Manos



MUDRAS - El Poder del Yoga en tus Manos
Mudra bronquial
Con las dos manos: coloque el meñique en la raíz del pulgar, el anular junto a la articulación superior del pulgar y el dedo medio en la yema del pulgar.
Practique este mudra entre 4 y 6 minutos si tiene un ataque agudo de asma, y después pase al mudra del asma hasta que la respiración se normalice. Para un tratamiento a largo plazo, practique ambos mudras 5 veces al día, durante 5
minutos.
A menudo, las personas con problemas respiratorios también padecen soledad interior, desamparo, urgencia sexual y tristeza. De cara al exterior, suelen ocultar estos sentimientos, con éxito, tras una fachada de humor, o bien asumiendo las obligaciones y preocupaciones de otras personas. Lógicamente, esto las estresa
mucho, lo que acaba provocándoles, con el tiempo, problemas respiratorios.
Como conozco muy bien estos problemas, voy a explicar aquí cómo se puede salir de este dilema: es importante que se permita con toda tranquilidad dar rienda suelta, aunque sólo sea por una vez, a esos sentimientos y estados de ánimo negativos y observarlos; sea consciente de que esos sentimientos son las
olas en la superficie del agua; aparecen y pasan. A menudo, el origen de esos sentimientos es una debilidad generalizada, causada por una mala respiración, demasiado superficial, que no regenera las reservas internas de fuerzas. Cuando éstas se reducen, se produce la debilidad, no sólo física, sino también en el ámbito anímico-mental; la consecuencia son los miedos, la tristeza, la insatisfacción, la hipersensibilidad, etc.
Todos los ejercicios físicos y respiratorios del Yoga regeneran estas fuerzas y mantienen alto el nivel de energía.
La siguiente meditación para los mudras también es efectiva: siéntese erguido y mantenga las manos alejadas del cuerpo unos 10 cm. Si se le cansan los brazos, colóquelas sobre los muslos.
Dirija su atención a la pelvis y sienta conscientemente la zona sobre la que está sentado. Mientras inspira, traslade su atención hacia el abdomen, el estómago, el pecho, la garganta, la frente y el cráneo, a la vez que cuenta del 1 al 7. A continuación contenga la respiración unos 5 segundos. Mientras espira, dirija la atención de arriba abajo, contando en orden inverso del 7 al 1. Espere con
paciencia hasta que llegue el impulso de la inspiración y al inspirar, dirija su consciencia de nuevo hacia arriba. Las pausas después de inspirar o de espirar, son muy importantes.
El tomillo (Thymus seryllum L.), las primaveras (Prímula veris L.) y el saúco (Sambucus nigra L.) son las plantas medicinales más importantes para los bronquios.
Afirmación: Cada movimiento respiratorio me otorga fuerza, fortalece mi cuerpo, mi mente y mi alma.

Cuando llegue el amor.. Desvístete! - Pedro Lapido Estran




Cuando llegue el amor.. Desvístete! - Pedro Lapido Estran
Cuando el amor golpea tu puerta,
un acto importante para realizar antes de abrirla, es desvestirse:
Lo primero a sacarte es la Soberbia, y ya puedes tirarla,
porque de todos modos ella es como una ropa vieja,
solo le sirve temporariamente al indigente, pero nadie la quiere.
Luego puedes sacarte, el orgullo. Este puedes guardarlo,
para hacer valer tus conocimientos, tu honestidad, tu ternura,
y todo aquello por lo cual tu consideras que eres valioso,
cuando alguien lo ponga en duda.
Pero en principio y sin motivo: No lo uses.
A continuación, desecha la mentira: Es la mayor asesina del amor.
Sigue con la indiferencia, el desinterés y el olvido.
El amor si ve alguna de estas tres, huirá de ti rápidamente.
Luego, sácate tabúes, preconceptos, complejos,
y todo aquello que pueda hacerte confundir al que llega
con algo que has conocido.
Una vez desvestido, báñate, perfúmate, y vuelve a vestirte,
pero ahora sí, Con orden y cuidado:
Ponte la familia en la manga izquierda y sostenla:
Ella siempre estará ahí, para tu gusto o disgusto,
pues no la has elegido.
Los amigos en la manga derecha: Debe ser en la más hábil,
pues como los eliges, esto exige un constante manejo.
Los socios o aquellos con quienes compartes intereses
puedes ponerlos en tus guantes,
pues tal vez exijan una mirada permanente,
y la posibilidad de sacártelos rápidamente.
Vecinos, conocidos, contactos transitorios, etc.
Ponlos en tus calcetines,
porque de todos modos ellos te juzgaran por tus pasos,
y no por tu esencia.
Por último: Sobre tu espalda pon los enemigos,
Exclusivamente.
Pero al amor… al amor, resérvale tu pecho,
donde es fácil abrazarlo y sentir su calor,
tenlo siempre ante tus ojos,
no lo manipules con la manga derecha,
ni pretendas confundirlo o confrontarlo
con quienes habitan la izquierda.
No lo coloques en los guantes, ni en los calcetines, y de hecho…
JAMÁS LE DES LA ESPALDA.
Si no te confundes en esto, el amor entrará en tu vida
y se quedará PARA SIEMPRE.
Pedro Lapido Estran

Perdonar (Y perdonarnos)




Las personas se la pasan la mayor parte de su vida sintiéndose ofendidas por lo que alguien les hizo. La sorprendente revelación que te voy a hacer, va a cambiar tu vida… ¡Nadie te ha ofendido! Son tus expectativas de lo que esperabas de esas personas, las que te hieren. Y las expectativas las creas tú con tus pensamientos. No son reales. Son imaginarias. Si tú esperabas que tus padres te dieran más amor y no te lo dieron, no tienes por qué sentirte ofendido. Son tus expectativas de lo que un padre "ideal" debió hacer contigo, las que fueron violadas. Y tus ideas son las que te lastiman.
Si esperabas que tu pareja reaccionara de tal y cual forma y no lo hizo…Tu pareja no te ha hecho nada. Es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, eso está en tu imaginación. ¿Enojado con Dios? Son tus creencias de lo que debería hacer Dios, las que te lastiman. Dios jamás ofende ni daña a nadie. Un hábito requiere de todas sus partes para funcionar. Si pierde una, el hábito se desarma. El hábito de sentirte ofendido por lo que te hacen otros (en realidad nadie te hace nada) desaparecerá cuando conozcas mejor la fuente de las ‘ofensas’.
Cuando nacemos, somos auténticos. Pero nuestra verdadera naturaleza, es suprimida y sustituida artificialmente por conceptos que nuestros padres, la sociedad y hasta la televisión nos enseñan. Y crean una novela falsa de cómo deberían ser las cosas en todos los aspectos de tu vida y de cómo deben actuar los demás.
Una novela que no tiene nada que ver con la realidad. También, las personas son criaturas de inventario. A lo largo de su vida, coleccionan experiencias: padres, amigos, parejas, etc. y las almacenan en su inventario interior. Las experiencias negativas dejan una huella más profunda en nosotros que las positivas. Y cuando una persona es maltratada por alguien, deja esa experiencia en su ‘inventario’. Cuando conoce a alguien, tiene miedo. Y trata de ver si la nueva persona repetirá las mismas actitudes que la que la hirió. Saca una experiencia de su inventario negativo. Se pone los lentes de esa experiencia y ve a las nuevas personas y experiencias de su vida, con esos lentes. ¿Resultado? Se duplican los mismos problemas y las mismas experiencias negativas.
Y el inventario negativo sigue creciendo. En realidad lo que hace es que te estorba. No te deja ser feliz. Y a medida que se avanza en años, se es menos feliz. Es porque el inventario negativo aumenta año con año. ¿Has visto a las personas de edad avanzada y a los matrimonios con muchos años?
Su inventario es tan grande, que parece que la negatividad es su vida. Una y otra vez sacan experiencias de su inventario negativo ante cualquier circunstancia. Una de las mayores fuentes de ofensas, es la de tratar de imponer el punto de vista de una persona a otra y guiar su vida. Cuando le dices lo que debe hacer y te dice ‘no’, creas resentimientos por partida doble. Primero, te sientes ofendido porque no hizo lo que querías. Segundo, la otra persona se ofende porque no la aceptaste como es. Y es un círculo vicioso. Todas las personas tienen el derecho divino de guiar su vida como les plazca. Aprenderán de sus errores por sí mismos. Déjalos ser! Nadie te pertenece.
Cuando los colonos americanos querían comprarles sus tierras a los Pieles Rojas, estos les contestaron ‘¿Comprar nuestras tierras? ¡Si no nos pertenecen! Ni el fulgor de las aguas, ni el aire, ni nuestros hermanos los búfalos a los cuales solo cazamos para sobrevivir. Es una idea completamente desconocida para nosotros’. Ni la naturaleza, ni tus padres, ni tus hijos, tus amigos o parejas te pertenecen. Es como el fulgor de las aguas o el aire. No los puedes comprar. No los puedes separar. No son tuyos. Solo los puedes disfrutar como parte de la naturaleza. El cauce de un río no lo puedes atrapar. Solo puedes meter las manos, sentir el correr de las aguas entre ellas, y dejarlo seguir.
Las personas son un río caudaloso. Cualquier intento de atraparlas te va a lastimar. Ámalas, disfrútalas y déjalas ir.
Entonces ¿Cómo puedo perdonar?
1) Entiende que nadie te ha ofendido. Son tus ideas acerca de cómo deberían actuar las personas y Dios, las que te hieren. Estas ideas son producto de una máscara social, que has aprendido desde tu infancia de forma inconsciente. Reconoce que la mayoría de las personas NUNCA va a cuadrar con esas ideas que tienes. Porque ellos tienen las suyas.
2) Deja a las personas ser. Deja que guíen su vida como mejor les plazca. Es su responsabilidad. Dales consejos si te los piden, pero permite que tomen sus decisiones. Es su derecho divino por nacimiento: el libre albedrío y la libertad.
3) Nadie te pertenece. Ni tus padres, ni amigos ni parejas. Todos formamos parte del engranaje de la naturaleza. Deja fluir las cosas sin resistirte a ellas. Vive y deja vivir.
4) Deja de pensar demasiado. Ábrete a la posibilidad de nuevas experiencias. No utilices tu inventario. Abre los ojos y observa el fluir de la vida como es. Cuando limpias tu visión de lentes obscuros y te los quitas, el resultado es la limpieza de visión.
5) La perfección no existe. Ni el padre, amigo, pareja perfectos. Es un concepto creado por la mente humana que a un nivel intelectual puedes comprender, pero en la realidad NO EXISTE. Porque es un concepto imaginario. Un bosque perfecto serían puros árboles, Sol, no bichos… ¿existe? No. Para un pez, el mar perfecto sería aquel donde no hay depredadores ¿existe? No. Solo a un nivel intelectual. En la realidad JAMAS VA A EXISTIR. Naturalmente, al pez solo le queda disfrutar de la realidad. Cualquier frustración de que el mar no es como quiere que sea no tiene sentido. Deja de resistirte a que las personas no son como quieres o no piensan como tú. Acepta a las personas como el pez acepta al mar y ámalas como son. (O no, pero no tengas expectativas.)
6) Intoxícate con la vida. La vida real es más hermosa y excitante que cualquier idea que tienes del mundo. Me complacerá decírtelo por experiencia.
7) Imagina a esa persona que te ofendió en el pasado. Imagínate que ambos están cómodamente sentados. Dile por qué te ofendió. Escucha su explicación amorosa de por qué lo hizo. Y perdónala. Si un ser querido ya no está en este mundo, utiliza esta dinámica para decirle lo que quieres. Escucha su respuesta. Y dile adiós. Te dará una enorme paz.
8) A la luz del corto período de vida que tenemos, solo tenemos tiempo para vivir, disfrutar y ser felices. Nuestra compañera la muerte en cualquier momento, de forma imprevista, nos puede tomar entre sus brazos. Es superfluo e inútil gastar el tiempo en pensar en las ofensas de otros. No puedes darte ese lujo.
9) Es natural pasar por un periodo de duelo al perdonar, deja que tu herida sane. Descárgate (no confundir con desquítate) con alguien para dejar fluir el dolor. Vuelve a leer este artículo las veces necesarias y deja que los conceptos empiecen a sembrar semillas de conciencia en tu interior. Aprende con honestidad los errores que cometiste, prométete que no lo volverás a hacer y regresa a vivir la vida.
Autor: Marco Engelke