Siempre en mi mente
Hay seres que estarán siempre en mi mente. Y en mi corazón.
Y está bien que así sea. Es que partieron demasiado temprano, se alejaron y dejaron su huella imborrable en mí.
Sé que a casi todos nos ha tocado ser espectadores de cómo alguien extremadamente querido es arrancado de nuestro lado, irremediablemente.
A pesar de nuestras súplicas, de nuestros quebrantos, de nuestra falta de comprensión y de aprobación de lo que estaba sucediendo.
Yo me enojé y, en ciertos casos, me cerré a reconocer la magnitud de lo que había pasado. Ahora estoy en condiciones de darme cuenta que no fue lo más adecuado mantener esta postura, pero es lo único que pude hacer con las herramientas que contaba en aquellos momentos.
Pero con el tiempo, aprendí que dejar ese lugar en mi mente y en mi corazón abierto para ellos era la mejor y más sana actitud a adoptar.
Ya que de este modo, estaba aceptando la mayor cercanía posible hacia ellos.
Esto me permitió volver a sentir su energía, además de recordarlos y de recrearlos en todo su esplendor.
Así pude conectarme de distintas formas con el amor que sentían por mí.
Y con el rol importante que desplegaron en mi vida.
Entendí y pude sentir que es la mejor manera de completar mi círculo interno y lo que dio lugar a que el dolor ceda y a que me sienta, por primera vez, entera.
Entonces, si alguien amado ha pasado a otro plano, después del enojo y de las primeras emociones que broten a borbotones, cuando puedas, perdona, acepta y dales la bienvenida a todos los sentimientos que te unieron a ellos: es la mejor manera de honrar no solo quienes fueron sino también todo lo que han contribuido, dentro de sus posibilidades, para que hoy seas la clase de persona en la que te has convertido.
Merlina Meiler