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sábado, 28 de febrero de 2015


PRINCIPIO DEL MENTALISMO (primera parte)



El Principio del Metalismo dice textualmente: "EL TODO es Mente; el Universo es mental"
Para analizar este principio tenemos que partir de la base de que en el Universo donde vivimos existe un sólo Dios. A pesar de las grandes diferencias culturales y religiosas que existen en el mundo, Dios es Uno solo y es el mismo para todos. El Kybalión utiliza la palabra "Todo", y de esta manera se sintetiza la idea de una Única Presencia. De acuerdo con esto, en el Universo hay una sola Mente y absolutamente todo lo que existe está comprendido dentro de esa Mente.
Cada uno de nosotros es una partícula o pensamiento inmerso en este gran cuerpo mental y de esta manera se explica ¿cómo se dan los fenómenos parapsicológicos?, tales como: la transmisión de pensamientos o las premoniciones acerca del futuro. En síntesis, "Todos estamos conectados por una sola Mente"; al existir una sola Mente, como consecuencia, existe una sola Ley y ésta se manifiesta a través de los siete principios.
Si aceptamos la idea de que Dios es Infinito, Omnipresente y Eterno, alguna de las preguntas que surgen son: ¿Cómo creo Dios al Universo? ¿De dónde extrajo el material necesario para hacer todo lo que hizo? Si Dios extrajo material de algún lugar, entonces no sería ni Infinito ni Omnipresente. La respuesta correcta a esos interrogantes es una sola: Todo lo que El creó, lo creó en Su propia Mente. Es decir que todo lo que existió, existe y existirá está incluido en esa gran Mente Universal.
El Hombre fue hecho "a imagen y semejanza" de su Creador. El hombre puede crear utilizando materiales del mundo concreto pero, cualquiera sea su creación, siempre comenzará en su propia Mente. El Universo es Mental y esto significa que "cada una de las cosas que vivimos depende de nuestro pensamiento". Para algunos, la Vida es una gran oportunidad para crecer y disfrutar; para otros, la vida sólo es un gran sacrificio y una continua lucha. La gran diferencia entre ellos está en su propia mente, en su manera de percibir el mundo. Nuestro "Universo Personal" depende de nuestro Pensamiento.
En síntesis, "Todo lo que uno llegue a Creer de sí mismo es lo que va a ver reflejado en los demás". Si una persona se siente exitosa, merecedora y poseedora de buena suerte, entonces atraerá hacia sí misma situaciones y personas que reflejarán su Creencia. Lo mismo ocurre con las personas negativas que creen todo lo contrario. El Universo en que vivimos es Mental y responde a lo que elegimos pensar en cada momento. No existe nada aleatorio en la vida; "Todo lo que ocurre siempre está reflejando alguna pauta de Pensamiento que llevamos dentro".
Si el Universo es mental y todo depende de nuestro pensamiento, entonces tu primera tarea será aprender a "Controlar el Pensamiento"
Ejercicio: Clasificar los Pensamientos
Vas a utilizar los dedos de las manos para ir contando los pensamientos que lleguen a tu mente en un plazo de cinco minutos. Utilizarás la mano izquierda para contar solo los pensamientos negativos y la mano derecha para los positivos. Sin juzgar y sin tratar de ordenar los pensamientos, solamente vas a contemplar el diálogo mental que se produce en tu interior y, con rapidez, decidirás ¿cuál es bueno y cuál es malo?
Por lo general, la mano izquierda es la que se completa más rápido. Según la estadística científica, se sabe que la mente humana produce alrededor de 60,000 pensamientos diarios y que, en su gran mayoría, éstos son negativos. De esto se puede deducir claramente que "No son los Pensamientos los que se manifiestan, sino las Creencias".
Sólo los pensamientos más dominantes o repetitivos son los que se manifiestan, especialmente aquellos que tienen una carga emocional grande y un sentimiento de convicción.
Es importante ensayarlos todos e ir determinando sobre la marcha, y según tu propio juicio, cuáles son los más ventajosos para ti. El proceso no es rápido y deberás ser paciente y amable contigo mismo, ya que se vuelve muy fácilmente hacia atrás. No hay manera de que puedas mejorar tu vida si tienes la mala costumbre de pensar en problemas y catástrofes. Esto sólo te atraerá más problemas y catástrofes. Desde hoy debes aprender que "el peor de tus tormentos sólo vive en tu mente", es un pensamiento, y tú tienes la posibilidad de poder cambiarlo.
Una técnica muy sencilla para anular el pensamiento negativo es utilizar la palabra "Cancelado". Cada vez que algo no deseable venga a tu mente, deberás pronunciar esa palabra como dando una orden, repitiéndola por lo menos tres veces seguidas. Lo puedes hacer tanto verbal como mentalmente, pero, cualquiera que sea la forma, deberás hacerlo con entusiasmo y firmeza. De esta manera, el pensamiento negativo NO se repite ni se adhiere a tu Conciencia. La Mente Subconciente toma la palabra "Cancelado" como una orden y la ejecuta, interrumpiendo la manifestación de lo negativo.
Además, es importante afirmar a continuación lo opuesto. Por ejemplo, si viene a tu mente el pensamiento de que podrías contraer una enfermedad, deberás repetir inmediatamente "cancelado" tres veces, como si estuvieras tachando ese pensamiento. Pero a la Mente no le es suficiente con saber lo que no quieres, también debes decirle cuál es tu verdadero deseo. Inmediatamente después de cancelar lo negativo, tienes que revertir el pensamiento y reemplazarlo por otro más positivo que ocupe su lugar, siempre en tiempo "presente".
Volviendo al ejemplo del miedo a la enfermedad, después de cancelar esa idea, es importante que afirmes en tiempo presente: "Siempre tengo buena salud". De esta manera, se comienza a revertir el proceso del pensamiento.
Cuando se hace una afirmación para revertir algo, se deberá evitar utilizar el vocablo "no". El "no" produce el efecto inverso al que se desea. Por tal motivo, la gente que dice: "No voy a fumar más" termina fumando el doble; o quien afirma "No quiero pensar más en mi ex pareja" no puede quitársela de su mente ni un sólo instante.
También es importante "Cancelar" los pensamientos ajenos. Aunque uno quizá se sienta muy cómodo y feliz con su propia vida, se encuatra a diario con personas que tienden a tirar su optimismo abajo con opiniones tales como: "La economía del país es un desastre", "No hay dinero", "La vida en esta ciudad es cada vez más peligrosa",, "Ya no se puede confiar en nadie" y demás...
Cada vez que nos enfrentamos a una persona que opina algo negativo y no queremos que su opinión ingrese en nuestra Conciencia, debemos "cancelarlo". Es mejor si podemos hacer verbalmente, de lo contrario, lo haremos mentalmente. De cualquier de las dos maneras, nos aseguramos de no aceptar el pensamiento negativo. Debemos repetir esto, con lo que escuchamos por radio, vemos en televisión o leemos en diarios y revistas...
De acuerdo con el Principio del Mentalismo: "Todo lo que elegimos Pensar y Creer es lo que se va a manifestar en nuestra vida"; por lo tanto, debemos ser extremadamente cuidadosos respecto de lo que Aceptamos como una "Creencia" y, por ello, es importante seleccionar muy bien las fuentes de información.
Para hacer que el efecto "CANCELADO" sea más PODEROSO, puedes imaginarte que tachas el pensamiento negativo dibujando una cruz blanca sobre él, como si hicieras una "X" en tu mente. De esta manera, visualizas la prohibición de que se vuelva a repetir el pensamiento.
Ejercicio: Diario de Creencias
Necesitas un cuaderno en blanco, que dividirás en secciones de cuatro o cinco hojas cada una. En este cuaderno, registrarás las "Creencias" que han regido tu vida hasta hoy. La primera sección tendrá como título: "Mis propias creencias", la segunda: "Las creencias de... mi Madre" y luego continuarás con las creencias de... tu Padre, Adultos (Abuelos, Tíos, Vecinos), Maestros, Religión, Sociedad, Jefe, Amigos y demás.
En cada sección, deberás escribir lo que escuchabas decir a los demás acerca: del amor, dinero, familia, salud, religión, trabajo, amistades, sexo, hombres, mujeres, éxito, fracaso.
Deberás anotar, además ¿cuáles eran los miedos de tus mayores, qué hacían cuando se enojaban, cuáles eran sus enfermedades más comunes (especialmente la de tus Padres)?, y cualquier otro recuerdo dominante que sierva para identificar una Creencia.
Tendrás que anotar todas las ideas sin juzgar si las creencias fueron positivas o negativas para ti. Ese ejercicio no se hace en un solo día porque la mente te irá informando gradualmente de aquello que necesites recordar. En muchos casos, encontrarás ideas totalmente absurdas, pero en otros no. Debes hacer un relevamiento total de aquellas ideas para saber ¿con cuáles te has identificado? Descubrirás que "la mayoría de las veces estás actuando según los Mandatos Recibidos" y NO de acuerdo con tu propia voluntad.
Recuerda que: "Vivimos en un Universo Mental, en el cual todo que llegues a Creer se manifestará como tu propia Realidad".
Horacio Valsecia.
(Continuará...)
PRINCIPIO DE POLARIDAD (SEGUNDA PARTE)



LA IMPACIENCIA
Durante el proceso de crecimiento espiritual cada aspirante tiene que enfrentarse con una barrera muy común: la impaciencia. El deseo de obtener resultados rápidos o de alcanzar mayores niveles de comprensión se convierte en una frustración difícil de superar. Para muchos de ellos, la palabra "paciencia" es otra mala palabra y una virtud muy difícil de desarrollar.
La impaciencia no es más que una resistencia a los cambios. Desde el punto de vista metafísico, la impaciencia es la falta de capacidad para incorporar algo nuevo.
Cuando sembramos una "semilla" en un terreno fértil, lo primero que brota es un pequeño gajo muy tierno y frágil. Con sólo darle un pisotón a la planta, podemos destruirla completamente. Sin embargo, si la cuidamos y la regamos a diario, esa planta crecerá fuerte y firme, y podrá resistir cualquier tormenta en el futuro. De esta manera, la planta nos dará flores y frutos. Desde el momento en que sembramos la semilla hasta que obtenemos los frutos, existe un tiempo determinado, un proceso necesario e imposible de evitar. "Todo en el Universo tiene su tiempo de gestación".
Siguiendo esta analogía, cuando intentamos cambiar algo en nuestro carácter es como si depositáramos una nueva "semilla" en la Conciencia. Para ver los frutos futuros, tendremos que cuidar pacientemente aquello que estamos tratando de desarrollar.
La impaciencia es una fuerte resistencia a incorporar nuevas conductas. Las personas más impacientes pretenden que las cosas les salgan bien desde el principio y esto es prácticamente imposible. Cuando uno ensaya una nueva conducta, lo más probable es que vuelva más fácilmente a repetir una y otra vez la conducta anterior. Sin embargo, si se sigue ensayando a lo largo del tiempo, finalmente la nueva conducta quedará incorporada a la personalidad.
Para entender mejor el concepto debemos comparar este proceso al entrenamiento que realiza un deportista. Cuanto más se entrena, más eficaz será en su desempeño físico.
Debemos pensar que ningún deportista tiene el mismo rendimiento el primer día que en los días posteriores sino todo lo contrario. El entrenamiento le exige constancia, intención y acción.
Por lo general, las personas impacientes están en conflicto con el paso del tiempo. La sensación de que hay que esperar demasiado tiempo o, por el contrario, de que no alcanza el tiempo para la actividad requerida sólo acelera la manifestación de la frustración.
A aquellos a quienes no les alcanza el tiempo, le recomiendo comenzar a trabajar con la siguiente afirmación: "El tiempo se alarga cuando lo necesito. El tiempo se acorta cuando lo necesito. El tiempo es mi aliado y siempre tengo todo el tiempo que necesito".
El trabajo del escritor exige paciencia y constancia; un libro no se escribe en un sólo día. Uno de los primeros trabajos de escritura que realicé en los Estados Unidos fue el de redactar un informe referido a los niños para una compañía de programas de computadora.
Aquel proyecto me exigía un esfuerzo de por lo menos un año. Sin embargo, comencé a aplicar los conceptos metafísicos para dominar el tiempo y éste se redujo notablemente. Cada mañana, me paraba frente al espejo, me miraba a los ojos y afirmaba con emoción: "Todo lo que escriba hoy va a fluir fácilmente. Escribo en forma rápida y correcta". Al final, agregaba afirmaciones de prosperidad. "Este proyecto es muy exitoso y me permite ganar abundante dinero".
Terminé el trabajo en tres meses y el informe se sigue vendiendo hasta la fecha con mucho éxito. Ha sido traducido a varios idiomas, incluyendo el griego y el ruso, algo que nunca imaginé cuando hacía mi programación. Sin embargo, la vida me sorprendió llevando mi proyecto por el camino más exitoso, tal como yo lo había pedido.
A los estudiantes, les recomiendo que, antes de abrir los libros, realicen la siguiente afirmación en voz alta: "Todo lo que estudio hoy lo asimilo con facilidad y lo recuerdo cuando es necesario". De esta manera, la mente captará y retendrá toda la información que se lea y la traerá a la memoria tanto en un examen como en cualquier momento de la vida profesional futura cuando sea necesario.
Un metafísico "Vive en el futuro y lo trae al presente". La mayoría de la gente vive en el pasado contaminando su futuro. El metafísico se concentra en aquello que quiere lograr y lo disfruta como si ya fuera una realidad ahora mismo. De esta manera, vive en el presente lo que desea para su futuro. Disfruta de la futura pareja como si ya estuviera a su lado; se siente rico y generoso, aún cuando su condición económica sea la misma; disfruta de las vacaciones aunque todavía no haya viajado. Estos sueños, lejos de ser una fantasía, son sus objetivos y, por eso, dispone de todos sus sentidos para crear esa nueva realidad. De este modo, genera la energía que acompaña a aquellos logros provocando su manifestación en el presente. Cuando hablamos del tiempo, debemos saber que el Principio de Polaridad nos ayudará a vivir siempre en el presente.
La gente común se preocupa por su futuro y siembra en su Conciencia dudas y miedos, lo cual es muy nocivo. La preocupación se convierte en un imán poderoso que termina atrayendo aquello que la persona no desea. Como ejemplo, podría decirse que la persona que más le teme a los robos es aquella que finalmente es asaltada. La mayoría de nuestros miedos y preocupaciones provienen de malas experiencias del pasado; tienen cierta lógica en nuestra mente, lo cual les da poder, ya que el temor atrae en forma negativa como un imán lo que más tememos. Recordemos que siempre "Somos nosotros los que estamos eligiendo cómo pensar, hablar, sentir, Ser y qué Tener... somos los Arquitectos de nuestra Vida y Destino"
En los casos más absurdos, los principales miedos ni siquiera son propios sino heredados de algunos de los padres o tomados del entorno.
Lamentablemente, en nuestra cultura está bien visto el "preocuparse" por nuestros seres queridos. Desde el punto de vista metafísico la preocupación sólo agrava el problema, porque se pone la atención en el problema y no en la "solución".
Cuando se quiere ayudar a alguien que está sufriendo alguna aflicción debemos lograr que recupere su Fe poniendo el énfasis en la "solución". Los primeros en tener esa FE debemos ser nosotros; por lo tanto, no debemos preocuparnos sino ocuparnos.
Muchos Padres creen erróneamente que ayudan a sus hijos preocupándose por ellos. En realidad, lo único que hacen es agravarles su problema. Por tal motivo, insisto en que debemos concentrarnos en la "solución feliz" de cualquier problema que tengamos en el presente.
Generalmente, cuando queremos movernos de un polo al otro, la vida se vuelve caótica. La gente común interpreta esto como "mala suerte", pero el metafísico sabe que los "problemas" que emergen en el camino representan una gran oportunidad para sanar y corregir errores en nuestra Conciencia.
Esto se ve muy claramente en la persona que desea vivir un "Gran Amor". Previo a encontrar ese gran amor, la persona vivirá algunas experiencias dramáticas y disfuncionales que la ayudarán a tomar Conciencia de sus propios errores, programaciones negativas, miedos y demás, y a sanar todo aquello que le impide concretar su propia felicidad.
DESAFIANDO EL KARMA
Durante el proceso de la manifestación de tus deseos, notarás algo curioso: aquello que más deseas, a veces, te parecerá más difícil de alcanzar, mientras que otros deseos de menor importancia se harán realidad casi sin esfuerzo. También puede ocurrir que eventos importantes se manifiesten aún cuando ni siquiera lo habías programado en tu mente. A partir de esto, uno fácilmente puede llegar a la conclusión errónea de que al programar nuestros deseos estamos entorpeciendo el proceso. Sin embargo, no es así.
Todo aquello que se nos manifiesta fácilmente es lo que, de alguna manera, ya tenemos ganado en Conciencia, en cierto nivel mental, lo consideramos posible, sentimos que estamos listos para recibirlo y sabemos que lo merecemos. Muchas de estas situaciones se han ganado en el proceso de vidas anteriores y, por eso, resultan tan fáciles en la vida presente. Hay personas que encuentran fácilmente su pareja, mientras que parecería que otras nunca tienen la suerte de dar con la persona adecuada. Lo más probable es que las primeras hayan pasado por problemas similares a los que tuvieron las segundas, pero en una vida anterior; por lo tanto en el presente parecen estar un escalón más arriba.
Cuando empezamos a elegir conscientemente, estamos desafiando las limitaciones impuestas por nuestro karma. Comenzamos a utilizar nuestra voluntad para producir un resultado determinado que aún no hemos logrado. Entonces, nos valemos de todas las herramientas que conocemos: afirmaciones, visualizaciones, meditaciones, y demás. Este proceso puede ser muy desalentador por varios motivos.
El primero es que, al iniciarlo, tendremos que enfrentar en primer lugar todo aquello que se opone a nuestro deseo. Una persona que siempre ha sido pobre y elige ser rica tendrá que ser consciente de todos los pensamientos de pobreza que contiene en su interior, y luego deberá hacer un gran esfuerzo para reemplazarlos por pensamientos de abundancia y riqueza.
El segundo motivo es que durante este proceso pueden manifestarse situaciones incompletas que no responden al objetivo seleccionado. La persona pobre empieza a tener ciertos negocios o ingresos de dinero pero que aún están lejos de representar su riqueza.
Mucha gente se desalienta cuando, en realidad, lo único que debería hacer es tomar estas manifestaciones como "señales" de que está marchando por el camino correcto, sabiendo que aún hay más trabajo por hacer. Yo comparo este proceso al de cocinar una torta en el horno. Uno puede abrir la puerta del horno antes de tiempo y, aunque la torta tiene todos sus ingredientes, no está totalmente cocida.
Cuando algo se manifieste en forma parcial y no completa, no debes decepcionarte sino continuar el trabajo que estés haciendo. Tarde o temprano, verás el resultado total. Recuerda que estás desafiando las reglas impuestas por tu destino porque has elegido crecer y vivir mejor. No hay nada de malo en eso, sino todo lo contrario. Pero ten presente que esta evolución exigirá un esfuerzo de tu parte.
En nuestra carta natal se ven claramente tanto las situaciones que ya tenemos ganadas en Conciencia, aquellas, en las que tendremos suerte o serán muy fáciles de adquirir, como aquellas que representan desafíos, dolor y frustraciones. En síntesis, una carta natal no es más que un "mapa del pensamiento de la persona". La combinación entre planetas refleja su manera de pensar y ver las distintas situaciones de la vida. Las personas más primitivas, las que no se cuestionan acerca del sentido de su vida y no desarrollan un contacto más directo con su Espíritu, son las que responden más fielmente a todo lo que está escrito en su carta natal. En esos casos, se puede calcular hasta el día y la hora de sus sucesos principales. Por otra parte, las personas que empiezan a elevarse espiritualmente, comienzan a escapar a los condicionamientos planetarios. Por este motivo, es inútil hacerles la carta natal a los santos o a grandes maestros espirituales, porque sus vidas están más allá de las influencias astrales.
Volviendo a los casos más mundanos, si consideramos la carta natal como un mapa del pensamiento, podemos deducir que "cambiando las pautas del mismo, podemos cambiar el destino". En definitiva, lo que está escrito es la situación a la que nos vamos a enfrentar pero no la resolución final. Existe una tendencia en una determinada dirección; por eso se dice que los astros "inclinan pero no obligan". A esta porción de libertad es a la que llamamos "libre albedrío".
El libre albedrío no es más que la libertad que tenemos de elegir nuestros pensamientos. Frente a una situación conflictiva, uno puede elegir reaccionar como la víctima o como el que gana; o uno puede elegir entre enojarse o aprender. Para hacer uso del libre albedrío es necesario actuar conscientemente en la vida. Sin ninguna duda, podemos cambiar nuestro karma porque éste no es más que otra idea que habita en nuestra Conciencia. El verdadero metafísico aprovecha todo el conocimiento que se le brinda en su beneficio, haciendo prevalecer su deseo y voluntad. En mi opinión, la acción del karma se ha acelerado en nuestra época. Esto es así porque nos estamos moviendo dentro de la Era de Acuario, en la cual accederemos a una nueva frecuencia de vida. Para lograrlo, debemos primero desprendernos de una gran carga que nos ata al pasado. La aceleración del karma hace que tengamos que reparar nuestros errores en esta existencia y no en otras futuras.
Siempre les digo a las personas que nunca deben resignarse a sufrir situaciones de carencia, pobreza, soledad, enfermedad, o cualquier forma de negatividad. A la gente común se les ha enseñado a aceptar su infortunio diciendo: "Es la Voluntad de Dios". Sin embargo, un metafísico o cualquier persona que esté transitando por este camino espiritual sabe que la "Voluntad de Dios es siempre su Felicidad". Cuando surgen los problemas es porque, de alguna manera, estamos quebrando alguno de los principios que estamos estudiando en este curso y lo que debemos hacer al tomar Conciencia de ello es "reparar el error y cambiar positivamente". Solamente funcionando como Dios lo hace, podremos vivir en la Tierra como en el "Cielo".
EJERCICIO: AUMENTAR LA POLARIDAD OPUESTA
Sobre la base de nuestra "Lista de Objetivos", debemos tomar cada uno de ellos y analizar ¿cuál es la polaridad que nos falta desarrollar?. Técnicamente, lo que se hace es buscar el polo de la misma naturaleza y se comienza a elevar el grado vibratorio.
A manera de ejemplo: si se quiere resolver un problema de dinero, hay que seleccionar la polaridad pobreza/riqueza. El problema nos sitúa más del lado de la pobreza, por lo tanto, tendremos que comenzar a desarrollar la energía del polo opuesto. Para eso nos valdremos de afirmaciones, visualizaciones y de todos los elementos externos que nos ayuden a poner en la mente pensamientos de abundancia. De esta forma, vamos creando la vibración de la riqueza, que tarde o temprano se manifestará.
Desarrollar el polo opuesto significa, comenzar a actuar con las características de ese polo. Continuando con el ejemplo anterior, debemos empezar a "fingir" que el problema ya está resuelto. Para lograrlo, podemos comprar en el supermercado algo que nos haga pensar en los ricos, no hace falta gastar mucho dinero, sino usar la imaginación y el poder de la intención.
Esta técnica también se usa para resolver problemas amorosos. Si una persona se encuentra sola, está dentro de la polaridad Soledad/compañía. Para salir del polo de la soledad, primero la persona tendrá que empezar a repetir afirmaciones y visualizar a su pareja perfecta. Luego, lo más importante, tendrá que "fingir" que la persona que anhela ya está a su lado; para eso, deberá emprender numerosas acciones dirigidas hacia esta polaridad. Por ejemplo, la persona tendrá que preparar su casa para darle la "Bienvenida a su futura Pareja": puede ordenar el cuarto, modificar la decoración del lugar, cambiar los cuadros, o incluso comprarle un regalo. Todo deberá hacerse con la intención de generar la energía que se siente al estar acompañado de la persona que uno ama. De esta manera, el metafísico trae el futuro al presente.
Horacio Valsecia


PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA



"Como arriba es abajo, como abajo es arriba"
El estudio del Principio del Mentalismo nos enseñó que "Con nuestro Pensamiento creamos una realidad...".
El segundo Principio denominado "de Correspondencia", te permitirá entender ¿cómo y por qué a veces creamos situaciones negativas o desfavorables; por qué atraemos a personas que nos mienten, nos engañan, nos roban dinero, y demás?. La comprensión de este principio es la clave para encontrar soluciones a esos problemas.
De acuerdo con el libro El Kybalión, el Principio de Correspondencia dice textualmente: "Como arriba es abajo; como abajo es arriba". En el Universo todo se corresponde entre sí: tal como es aquí abajo, va a ser allá arriba; cuando uno logra entender todo lo que ocurre en el mundo material, entonces podrá entender todo lo que sucede en el mundo espiritual. Este principio es un auxiliar de la mente que nos permite entender lo que ocurre en el resto del Universo conociendo solamente una de sus partes. Si se estudia el funcionamiento de una estrella, como consecuencia se entenderá el funcionamiento de las galaxias. Si se estudia el comportamiento de un habitante de una sociedad, se podrá llegar a entender ¿cómo funciona dicha sociedad?. En síntesis, estudiar una parte del todo nos permite comprender el resto. Este es el principio de la analogía que nos da la posibilidad de entender la relación presente entre los distintos planos de existencia.
Cuando llevamos este principio al nivel humano, podemos modificar las palabras y decir: "Como adentro es afuera; como afuera es adentro". Todo lo que sucede alrededor de una persona refleja lo que le está ocurriendo por dentro. Esto significa que cuando una persona es desordenada con sus cosas, está demostrando su desorden interno. Por el contrario, quienes están en el otro extremo y son muy rígidos con el orden están reflejando una rigidez mental en sus ideas. Lo de adentro es como lo de afuera y viceversa.
Si se analizan las condiciones de vida que rodean a una persona determinada, se puede saber qué es lo que tiene en su mente. Las personas estructuradas lo son también mentalmente, del mismo modo, aquellos que se comportan de una manera caótica o contradictoria, tienen ideas de ese tipo.
Este principio sirve para detectar mentiras. Cuando una persona está mintiendo, el cuerpo genera cierta incomodidad que en general toma la forma de picazón en la cara. Los niños tienden a llevarse la mano a la boca después de decir una mentira; los adultos también se llevan la mano a la cara pero para arreglarse el cabello, las cejas, o para rascarse la nariz.
Esto no significa que ocasionalmente una persona pueda tener picazón en la cara sin estar mintiendo. La clave es la siguiente: cuando una persona está prometiendo o afirmando algo importante y luego se rasca la cara... está mintiendo. Por ejemplo: si alguien está prometiendo amor eterno, devolver dinero, cumplir con cierto compromiso, ser fiel; o si está contando su propia historia, asegurando que no hizo nada, afirmando su inocencia o describiéndose a sí mismo, y se lleva la mano a la cara, entonces puedes dudar de lo que dijo. De acuerdo con este principio funcionan las máquinas detectoras de mentiras. La mentira produce una especie de "cortocircuito" interno y se refleja creando una incomodidad en el cuerpo; por lo general, una picazón en el rostro.
El movimiento de los ojos también acompaña a la secuencia de los pensamientos. Cuando los ojos miran hacia arriba... se está trabajando con imágenes. Si se mira hacia arriba y a la derecha... entonces se activa la parte creativa de la mente y se crean imágenes nuevas. Por el contrario, cuando los ojos se mueven hacia arriba y a la izquierda... se está activando la memoria y entonces se recuerdan imágenes.
Cuando a una persona se le formula una pregunta y mira hacia la derecha... está inventando una respuesta. Pero si, por el contrario, mira hacia la izquierda... está recordando algo que hizo. Si vas a contratar a una persona para trabajar contigo y le preguntas si ya tiene experiencia en determinado tipo de trabajo, sabrás si te está diciendo la verdad o no según el movimiento de sus ojos. Si la impresora mira hacia arriba y a la derecha antes de responder... estará creando una respuesta porque no tiene experiencia. Si mira en la dirección opuesta... estará recordando algún trabajo anterior.
Se puede activar un funcionamiento cerebral determinado en forma intencional. Cuando necesites recordar algo en particular, puedes mover tus ojos hacia arriba y a la izquierda. Eso te ayudará a traer a tu memoria más fácilmente la información que quieras recordar. Cuando no encuentres la solución a un problema, podrás mover tus ojos hacia arriba y a la derecha para activar tu parte creativa; de esta manera, imaginarás nuevas soluciones.
El Principio de Correspondencia es útil, además, para ayudarnos en momentos de crisis. Si en un momento determinado te sientes deprimido, angustiado o preocupado, arreglarte físicamente o mejorar tu aspecto personal externo inmediatamente influirá en tu estado interno. Si tu vida es muy caótica y problemática, comienza por poner en orden tu escritorio, tu guardarropas o tu dormitorio. El orden en lo exterior te ayudará a encontrar el orden en lo interno.
Ejercicio: Desprenderse del Pasado...
Este es un ejercicio muy importante que se debe repetir cada seis u ocho meses, o cada vez que se considere necesario. Es conveniente desprenderse de todos los utensilios o artefactos que no funcionan o que no se utilizan en la casa. NO es bueno conservar ropa que no se va a usar, libros o revistas que no se van a leer u otros objetos que no cumplan una función útil. Se puede vender, donar o regalar aquello que uno no necesita más. Es importante dejar lugar para lo nuevo. Tiene que haber cierto espacio vacío en la casa porque de lo contrario, lo nuevo no puede entrar. Si se acumulan muchas cosas viejas en la casa significa que se vive atado al pasado, a los recuerdos y eso no permite el cambio. Se debe conservar solamente aquello que es útil, positivo y necesario. Hay objetos antiguos que pueden ser muy útiles, no interpretes que lo viejo es malo porque definitivamente, no es así. Solamente aquello que ya no te sirve puede llegar a ser malo. Despídete de todo lo que ya no usas con amor. Bendícelo y hazlo circular.
De acuerdo con lo que llevamos por dentro, atraemos a personas y situaciones. Esto significa que "Todo lo que nos ocurre, bueno o malo, está reflejando pautas de pensamiento guardadas en nuestra Mente". Las personas buenas, que nos quieren y ayudan, reflejan la parte más favorable de nuestra conciencia, mientras que aquellos que nos generan problemas, nos envidian o nos pelean están reflejando la parte más oscura de nuestra propia conciencia. Dicho de otra manera, las personas que son más negativas solamente vienen a nuestra vida para "hacernos el favor" de recordarnos que tenemos ciertas pautas mentales que sanar.
Si una persona tiene una pareja que la maltrata, le miente, la engaña y demás... esa pareja está reflejando lo que la otra persona cree del amor o asocia a la idea del amor. La solución en este caso no es cambiar de pareja, sino "Cambiar de Idea". Si el cambio no se produce por dentro, entonces la persona volverá a elegir otra pareja que volverá a maltratarla. Esta idea es difícil de asimilar porque es más fácil encontrar al "culpable" fuera de nosotros.
Cada uno tiene al perfecto culpable de su propia infelicidad: su pareja, alguno de sus padres, sus hijos, su jefe, sus amigos, sus vecinos, si eso no alcanza, se culpa al presidente, al mal tiempo, a la economía, o a mala suerte.
Para crecer, primero debes aceptar la responsabilidad de tu propia vida. De esta manera, evitarás encontrar un culpable externo a tus propios problemas. Tampoco es necesario que te sientas culpable por lo que te sucede. Sólo tienes que sentirte responsable, saber que algunas pautas de pensamiento erróneas te están llevando a elegir mal. "Una vez que cambies tus Pensamientos... cambiarás tu Vida".
A partir de ahora, cada vez que surja algún problema es conveniente que te preguntes a ti mismo: "¿Qué significa esto en mi vida? ¿Por qué o cómo estoy creando esta situación?" De esta manera, descubrirás la creencia que te ha llevado a vivir tal situación. Para cambiar dicha "creencia" deberás poner en práctica todo lo aprendido en el Principio del Mentalismo (Palabra, Imagen y Sensación). Cuando una creencia nueva y positiva se afirme en tu Conciencia, aparecerán las personas o las situaciones externas que te lo confirmarán. En síntesis, puedes considerar tu situación actual como un Espejo de tu estado Interno.
Ejercicio: Expandir el Aura
Se llama Aura al campo de energía que nos rodea y nos sustenta. Cuando tenemos problemas, éstos afectan el campo energético de nuestra aura reduciendo su fuerza. Hay lugares y personas que pueden afectarnos negativamente, como también todo lo contrario.
Para expandir el Aura se deben hacer Círculos amplios con los brazos, siempre en la dirección que te resulte más cómoda. Al realizar los movimientos circulares con tus brazos sentirás, además de que tus músculos se elongan y se produce el aumento de tu energía corporal. Es conveniente hacer este ejercicio todas las mañanas o cada vez que sientas que tu energía está muy baja.
Después de hacer estos círculos, puedes finalizar extendiendo tus manos en alto y afirmar: "Estoy abierto y receptivo a todo lo bueno para mí. A partir de hoy, Acepto el Amor, el Dinero, la Alegría, la Sanidad, el Éxito... la Ilimitada Abundancia de todo Bien... que me merezco. Y los Acepto ahora mismo; hecho está!. Y así es. Amén, Amén, Amén".
Agradeces y luego puedes continuar con tu rutina matinal. Esta es la manera en que yo comienzo mi día cada mañana.
Horacio Valsecia


LOS SIETE PRINCIPIOS DE LA FELICIDAD



Los 7 Principios fueron escritos por Hermes en el antiguo Egipto. Hermes es considerado el Padre de la Sabiduría, fundador de la Astrología y descubridor de la Alquimia. Toda su enseñanza se mantuvo guardada en forma secreta para la gente y sólo fue revelada a unos pocos escogidos en aquel entonces. De allí viene el concepto de "herméticamente" guardado.
Originalmente, toda la información se transmitió de boca en boca, sin material escrito. Luego se inició la recopilación de estas enseñanzas en un conjunto de axiomas y máximas, en el libro llamado El Kybalión, escrito por tres iniciados. Muchas de las enseñanzas metafísicas también se han difundido bajo la autoría del Conde de Saint Germain, quien según aseguran los estudiosos del tema, fue una de las reencarnaciones del Maestro Hermes.
Los estudiantes y maestros herméticos modernos consideran a la Alquimia como un "arte de transmutación mental", por el cual se reemplazan pensamientos de baja naturaleza por otros más elevados. Ellos sostienen que la llamada "piedra filosofal", capaz de transmutar metales en oro, era sólo un símbolo que los antiguos tomaban para representar la transformación del hombre de "plomo" en hombre de oro". El conocimiento de las Leyes del Universo nos da la oportunidad de transformarnos a nosotros mismos y a la material que nos rodea.
Dice textualmente El Kybalión: "Los principios de la verdad" son siete:
1. Principio del Mentalismo
2. Principio de Correspondencia
3. Principio de Vibración
4. Principio de Polaridad.
5. Principio de Ritmo
6. Principio de Causa y Efecto
7. Principio de Generación
El que comprende esto perfectamente posee la "clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par".
El conocimiento y la puesta en práctica de los siete principios permiten al estudiante volverse un "mago" que, conociendo la "clave mágica", podrá ingresar en otra dimensión de vida.
EL ORIGEN DE LOS PROBLEMAS
Cada problema surge como resultado de haberse quebrado el cumplimiento de alguna de las leyes del Universo. Estas leyes o principios se encuentran operando constantemente, ya sea que seamos conscientes de ellas o no.
Por eso, he llegado a la conclusión de que el ser humano sufre por una sola razón: la falta de conocimiento. Las personas crean sus problemas por NO entender el funcionamiento de la vida. La falta de información las lleva a cometer errores que luego se transforman en dificultades. En síntesis, cuando una persona tiene un problema que le provoca sufrimiento, es porque NO cuenta con la información necesaria para superar ese problema. Es como si esa persona estuviera continuamente chocándose de frente contra una pared, sin darse cuenta de que podría darle la vuelta por la derecha, por la izquierda, o saltarla por encima.
Sólo cuando uno conoce los motivos y las características del problema, es decir, cuando uno llega a entender la cuestión, puede resolverla. El Conocimiento da Poder.
Cada vez que tengas un problema por resolver, considéralo como una oportunidad para aprender algo nuevo. Mantén tu mente abierta y receptiva a la nueva información que te permitirá saber cómo sortear el obstáculo. En primer lugar, tendrás que ser consciente de qué principio estás quebrando y luego, tendrás que aprender a alinearte con la vida para fluir con ella. El surgimiento de un obstáculo es una señal de que llegó el momento de estudiar y aprender.
A lo largo del estudio de estos Principios, encontrarás muchas respuestas interesantes a las principales cuestiones de tu vida. Entenderás ¿por qué atraes a cierto tipo de personas, cómo se generan tus problemas afectivos y cómo superarlos, por qué el dinero sigue a las personas que lo tienen y nunca a los pobres, por qué algunas personas parecen vivir en una secuencia de conflictos donde no bien terminan de resolver uno entran en otro peor?.
Comprenderás que las "enfermedades" están directamente relacionadas con problemas emocionales y mentales, que la suerte es voluntaria y se la puede crear. Aprenderás a diseñar el mundo en el que anhelas vivir y a manifestarlo. Pero para lograrlo, deberás estudiarlo con responsabilidad, estar dispuestos a cambiar y a renunciar a tus limitaciones mentales. Es un curso voluntario que te llevará a transformar completamente tu vida para alcanzar un nuevo grado de felicidad, prosperidad, salud y armonía. De ti depende...
Horacio Valsecia

jueves, 26 de febrero de 2015

PRINCIPIO DE POLARIDAD (Primera parte)



El Principio de Polaridad se encuentra justo en el medio. La comprensión cabal del mismo permite producir grandes cambios en la vida. Si todavía no has visto grandes cambios en la vida. Si todavía no has visto resultados notables con la aplicación de lo que has estudiado hasta ahora, prepárate para experimentar la magia de la transformación.
El Principio de Polaridad dice textualmente: "Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse".
Para comprender mejor el Principio de Polaridad, lo vamos a estudiar por partes. Está claramente explicado que en el Universo donde vivimos todo es doble, todo tiene su par de opuestos. Algunos son: blanco/negro, hombre/mujer, calor/frío, arriba/abajo, este/oeste, bueno/malo, rico/pobre, amor/odio, sucio/limpio, culpable/inocente.
Nuestra función como metafísicos es aprender a "armonizar los opuestos". Venimos al planeta Tierra a desarrollar la habilidad de encontrar el justo equilibrio entre los distintos polos. Tenemos que aprender a pararnos justo en el medio.
El Kybalión dice que "los opuestos son iguales en naturaleza, pero que difieren en grados". Para entender mejor este concepto debemos imaginarnos un termómetro. En él vemos cómo el mercurio sube o baja la escala de grados indicando la temperatura del ambiente. Pero aquí surge una pregunta clave. ¿Dónde empieza el frío y dónde empieza el calor? El límite no está en el grado cero. Cuando hace cero grados se siente mucho frío en cualquiera de las dos escalas conocidas (centígrados o farenheit). De acuerdo con los grados centígrados, para algunos el frío comienza a sentirse a los quince grados, para otros, a los diez. La interpretación es completamente subjetiva.
La conclusión final es que no existe diferencia entre el frío y el calor. Los dos son extremos de una misma cosa, son polos opuestos, la única diferencia entre ellos es el grado en el que se están manifestando. Cuando el termómetro marca los grados menores, tenemos la sensación del frío. Por el contrario, cuando la marca llega a grados mayores decimos que hace calor. Pero en esencia, estamos hablando siempre de la misma cosa: la temperatura.
Veamos otro ejemplo práctico: a veces, cuando amamos demasiado a alguien también pasamos al extremo del odio con facilidad. Después de haber compartido intensamente nuestra vida con una persona, no queremos volver a verla nunca más. Hemos pasado de un polo al otro, como del frío al calor. Cuando alguien afirma que no desea ver más a su ex pareja es porque en el fondo todavía siente mucho amor. Todavía está actuando dentro de la polaridad amor/odio. La ausencia de amor se constata cuando hay indiferencia, cuando a la persona le da lo mismo ver al otro o no.
Tal como lo afirma El Kybalión, los opuestos son lo mismo. Cuando observamos a una persona muy buena y luego la comparamos con otra que es muy mala, en esencia sabremos que estamos hablando de la misma cosa pero en diferentes grados de manifestación; cada una de ellas está ubicada en un extremo. Todos tenemos distintos grados de bondad y también de maldad. Las personas extremistas, para las cuales todo es blanco o negro, tienen más trabajo por hacer porque a ellas les resulta más difícil ser parcial o encontrar el punto medio.
¿Cuál es la razón por la cual debemos aprender a armonizar los opuestos? La respuesta es sencilla: encontrar la unidad en todo. Recordemos lo estudiado anteriormente: en el Universo existe un solo Dios, una sola Fuente, una sola Energía, un solo Amor; por lo tanto, la diferencia que percibimos entre polos opuestos no es real. Lo que existe en esencia es la Unidad. Si queremos acceder al estado de paz y armonía en la cual habita Dios, debemos aprender a encontrar la unidad en todo lo que nos rodea. Mientras más separación percibimos, más lejos estaremos de encontrar el amor y la paz de Dios.Cuanto más separación percibimos más se manifiestan los conflictos.
Debemos aprender a reconocer que el "culpable" también es inocente; que nadie es tan bueno ni tan malo como parece; que nada es tan lindo o tan feo como lo catalogamos; que nada es tan caro o tan barato. Cuando empezamos a ejercitarnos para encontrar la unidad en todo, el resultado que se obtiene es la paz.
Cuando estudiamos el Principio de Vibración, vimos que vibración más alta corresponde al Espíritu; por otra parte, la vibración más baja le corresponde a la materia. Ahora sabemos que, en esencia, los dos extremos son la misma cosa. Sólo cuando aprendamos a pararnos en el punto medio encontraremos la paz. Dicho de otra forma: no se puede vivir feliz en el mundo material sin tener espiritualidad y no se puede ser espiritual si no se tiene orden en el mundo material. Los dos extremos necesitan ser conciliados para lograr una vida armoniosa.
Lo único que no tiene opuestos es el Amor de Dios, que es incondicional, permanente y sanador. Dios nos ama y nos acepta tal como somos. El nos ha creado de esa forma; por lo tanto, Él conoce cada una de nuestras virtudes y defectos. Su aceptación es total y no hay ninguna clase de condenación de su parte. Cuando hablamos de la polaridad amor/odio, por lo general estamos hablando del amor romántico. Recuerda siempre que el Verdadero Amor no tiene opuestos.
Otra parte de este mismo Principio sostiene que "los extremos se tocan". Para entender esto, veámoslo en otro ejemplo práctico: si yo decido viajar siempre en dirección este y pudiera dar toda la vuelta al mundo, entonces terminaría en el mismo punto de partida. La pregunta que surge entonces es: ¿Dónde está el oeste? La respuesta más acertada de acuerdo con este principio, sería que el este y el oeste son lo mismo.
Debemos recordar que "como arriba es abajo, como abajo es arriba", lo más probable es que si yo viajara a través del Universo siempre en la misma dirección, finalmente terminaría en mi punto de partida. En el Universo todo tiene un movimiento circular cíclico.
Seguramente estarás preguntándote ¿cómo se utiliza este principio en la vida práctica? la explicación es ésta: cada vez que te encuentres viviendo una situación extrema, es decir, que estés ubicado en uno de los polos y desees revertir o neutralizar la situación, deberás comenzar a crear la energía de la polaridad opuesta. De esta manera, llevarás el "termómetro" a su punto medio. Como ejemplo concreto, piensa en lo siguiente: cuando tienes frío, enciendes la calefacción o te abrigas más, es decir, buscas calor. Con el calor se neutraliza el frío y viceversa; con la luz se hace desaparecer la oscuridad; con el amor se transforma el odio, y así con todas las polaridades.
No se puede cruzar de un par de opuestos a otro y esperar un resultado en el primero. Si deseas transmutar una situación, tendrás que utilizar la energía envuelta en ese par, no en otro. Volviendo al ejemplo anterior, si tienes frío, buscas cómo generar más calor -y no otra cosa. Si estás en una situación de pobreza, buscas ganar más dinero, no más frío ni calor. Se debe trabajar siempre con elementos de la misma naturaleza, a los cuales les cambia su grado de manifestación.
Es probable que hayas escuchado alguna vez un comentario como el siguiente: "¿Por qué Dios no le da una pareja a esta chica que es tan buena y servicial? La respuesta se encuentra en este principio. Por que esa joven está generando la energía de las polaridades del servicio y la bondad, pero no la del amor. Con la bondad se elimina la maldad; con el servicio se elimina el desamparo. En otras palabras, no se consigue pareja siendo "bueno"; sólo se consigue Amor cuando se ama. ¿Pero a quién vas a amar si no tienes a nadie? En primer lugar, a ti mismo, y luego a la persona ideal que "fabriques" en tu mente. Sólo así se manifestará el Verdadero Amor en tu vida.
Las personas que tienen problemas de dinero o están en la pobreza deben empezar a dar algo de lo poco que tienen; es decir, deben fingir que están en el otro polo y comenzar a actuar como "ricos" o, al menos, como alguien que tiene algún dinero. Hay personas que piensan que "Dios los va a ayudar económicamente" porque ellos brindan su tiempo sirviendo en alguna institución de beneficencia. Si brindas tu tiempo, todo lo que recibirás a cambio es todo el tiempo que necesites para tu vida personal. Para mantener una vida próspera, es necesario respetar la "Ley del Diezmo": dar el diez por ciento del dinero que recibimos a la persona, el lugar o la institución que en ese momento nos provee nuestro alimento espiritual. De esta manera, mantenemos en circulación la energía del dinero.
Mis alumnos se asombran cuando les digo que Dios ni se entera de nuestros problemas.
Esto es debido a que lo que llamamos "Dios" es una Vibración perfecta del Universo, en el cual no hay discordias, ni guerras, ni niguna clase de problemas. Nuestro problema se reduce a un problema de percepción, porque en este plano percibimos dos polos en todo lo que nos rodea. Aquí estamos experimentando el fenómeno de la separación, que no es real, y hasta que no aprendamos a encontrar la Unidad en todo no "llegaremos a Dios". Nosotros no vamos hacia Dios; ya estamos en Él. No hace falta morirse para "ir al Cielo". El Cielo ya está aquí; sólo debemos aprender a reconocerlo. Para eso, necesitamos cambiar nuestra percepción del mundo y eliminar de nuestra mente la idea de polaridades. A este proceso lo definimos como el de "armonizar los opuestos".
LAS SEMIVERDADES
En otra parte, el principio de Polaridad sostiene que "todas las verdades son semiverdades". En pocas palabras, esto significa que nadie en el planeta Tierra es poseedor de la verdad completa, sino que todos tenemos nuestra cuota de verdad. Es decir que al igual que con las piezas de un rompecabezas, uniendo nuestra semiverdad con la de los demás, encontraremos la verdad completa. Por eso es importante escuchar a otros. Siempre se aprende algo nuevo de los demás.
En mi trabajo de consultor, a veces atiendo a parejas con problemas, y es allí donde veo más claramente ¿cómo funciona este principio?. Cuando la mujer se queja de su marido, cuenta su semiverdad y tiene su lógica o razón. Pero luego, al escuchar al esposo quejarse de su mujer, veo que él también tiene su razón o semiverdad. Ninguno de los dos tiene la verdad completa; la verdad está en el medio. En todo problema de pareja, las responsabilidades están siempre repartidas en un cincuenta por ciento para cada uno, aunque uno de ellos parezca culpable y otro inocente.
Cuando nos encontramos defendiendo ciegamente nuestro punto de vista, en realidad, estamos errando porque "ninguno de nosotros es portador de la verdad completa". Por lo tanto, como metafísicos debemos siempre ser flexibles y alertas para aprender de los demás. Cuando criticamos a alguien que piensa o actúa de una manera diferente de la nuestra, en realidad, nos estamos cerrando a la posibilidad de aprender otra parte de la verdad. Cada persona, aunque nos parezca errada, tiene su porción de conocimiento. El mantener nuestra mente abierta nos ayudará a escuchar y aprender otra forma de lógica que, finalmente, nos llevará a encontrar el punto medio, o sea, aquello que definimos técnicamente como la armonización de los opuestos.
Al estar frente a personas o situaciones que ponen en conflicto nuestra manera habitual de pensar, es aconsejable pedir Guía a nuestro Espíritu; pedir que se nos revele ¿qué tenemos que aprender de eso, cuál es el mensaje o semiverdad?
En el camino de la evolución espiritual se debe evitar todo tipo de fanatismo. No tienes ni siquiera que defender las ideas que estás estudiando ahora. Si estás de acuerdo, tómalas como parte de tu semiverdad, pero siempre mantente abierto a seguir aprendiendo de numerosas fuentes. El fanatismo lleva a pararse en un polo, en un extremo; por lo tanto, nunca te conducirá a vivir en paz. La Verdad está siempre en el medio.
Las personas que tienden a ir a los extremos en sus reacciones tienen más trabajo que realizar. Las conductas extremistas producen resultados extremistas, por lo tanto, tampoco conducen a soluciones felices. Cada uno de nosotros debe aprender a encontrar el punto medio y su propio equilibrio.
La razón por la cual somos poseedores solamente de una semiverdad es que debemos aprender a encontrar la unidad en todos. Nuestro ego genera diferencias y separaciones entre las personas pero, de acuerdo con este principio "Todos somos parte de lo mismo". Dicho en términos metafísicos, "El Hijo de Dios es Uno solo y está formado por cada uno de Nosotros". Nuestro ego se resiste a esa idea y no quiere renunciar a su individualidad.
Si analizas los grandes problemas del mundo, te darás cuenta de que, en esencia, están generados por el ego humano: la diferencia de razas, culturas, economías, límites entre países, y demás. En síntesis, es un problema de percepción errónea. Cuando aprendamos a ver la Unidad en cada uno de nosotros, la mayoría de estos problemas desaparecerán de la Tierra.
LA POLARIDAD DAR/RECIBIR
Muchas personas se quejan que dan mucho reciben poco. La persona que está acostumbrada a dar siempre se encuentra parada en uno de los polos o extremos y, mientras se mantenga en esa posición, no habrá manera posible de que reciba algo del Universo. Esto se debe a que la persona está vibrando con la Energía del Dar y carece por completo de la energía opuesta, la del Recibir. Por lo general, estas personas se sienten incómodas cuando reciben un regalo o cumplido; en el peor de los casos, lo rechazan por completo. La aplicación del Principio de la Polaridad nos permite transmutar las energías de un polo al otro para manifestar un determinado resultado.
Para cambiar esta situación, es necesario que la persona aprenda a "recibir". Por ejemplo, si recibe un regalo, solamente tiene que agradecerlo y bendecirlo, y no salir corriendo a comprar otro regalo en devolución. Si alguien le dice un cumplido o algo agradable, sólo debe agradecer. Es curioso, pero para muchos no es fácil recibir. Esto se debe a que en la Conciencia de la persona existen ciertas asociaciones negativas con el hecho de recibir.
Algunos creen que si aceptan regalos de otros, estarán sometidos a su voluntad. Otros creen que no se lo merecen o que no es necesario. Cualquiera sea el pensamiento negativo, deberá ser eliminado y reemplazado por otro de gratitud. Como estudiante de metafísica tienes que estar siempre abierto y receptivo a todo lo que el Universo te quiera brindar.
En definitiva, quien no recibe, no ha desarrollado la polaridad del "recibir". En el orden práctico, se debe trabajar con la mano izquierda, ya que todo el lado izquierdo del cuerpo desarrolla la energía del recibir. Al principio, uno se siente torpe usando esta mano, pero, con el tiempo y la práctica, las tareas se vuelven más sencillas. En el caso de la gente zurda, la regla se invierte.
Por otra parte, la mano derecha y todo ese sector del cuerpo desarrollan la energía del dar. A las personas acostumbradas a dar demasiado, a menudo les sugiero que cierren su mano derecha y que abran la izquierda, moviendo los dedos hasta calentar bien la mano. De esta manera sencilla, se activan los canales de recepción de nuestro Ser.
Si consideramos cada uno de los eventos externos como un reflejo de nuestras programaciones internas, podremos reconocer claramente cuándo estamos trabados en nuestro canal de receptividad. En definitiva, aquellas personas que nos desilucionan por no darnos lo que esperamos de ellas, en realidad, nos están enseñando que no estamos listos para "recibir". Esto ocurre cuando no recibes el amor que deseas de tu pareja, cuando no te otorgan el aumento de sueldo prometido, cuando no logras la atención de tus familiares o amigos, o en cualquier otra situación en la que el resultado no responde a tus expectativas.
En lugar de aferrarte a la desilusión, es más ventajoso que te pongas a trabajar para abrir todos los canales energéticos de tu Ser que favorezcan la Receptividad.
Para lograrlo, también es aconsejable extender ambos brazos, abrir ampliamente las manos y afirmar con mucha emoción: "Estoy abierto y receptivo a todo lo bueno para mi. A partir de hoy, Acepto abundancia de amor, el dinero, la salud, el éxito, la felicidad y todo bien... que ya me ha sido dado y que me merezco. Y lo acepto ahora mismo".
Yo realizo este ejercicio cada día a la mañana, apenas me levanto. De esta manera me preparo para recibir todo lo bueno que la vida tiene para mí.
Si lo que quieres aceptar es más Amor, puedes extender tus brazos y afirmar: "El Amor Divino me conduce a una relación amorosa con mi pareja perfecta y me mantiene en ella. Y ahora acepto con amor a la pareja perfecta para mí, que se manifiesta en el plano físico ahora mismo porque Yo Soy capaz de Amar, Digna de ser Amada, estoy lista para recibirlo en mi vida y brindarnos un Amor Divino e Incondicional, feliz y porque me lo merezco.
Gracias Dios porque él/ella ya está en mi vida. Y así es".
Horacio Valsecia

PRINCIPIO DEL MENTALISMO (Segunda parte)




"Estoy en este Universo para Aprender, para Ser Feliz y para Dar lo mejor de mí a los demás, esa es mi misión. Todos somos Uno en Amor con Dios".
LA ELECCIÓN DE NUEVAS CREENCIAS
Todo lo que nosotros llamamos Universo o Dios, se manifiesta a través del "Espíritu". El espíritu tiene una parte obediente que es el "Alma", ella se encarga de manifestar lo que llamamos "Cuerpo" u Objeto.
Cuando llevamos esta estructura a nuestra vida humana, dicha estructura se identifica de la siguiente manera: lo que llamamos "Espíritu" es nuestra Mente Consciente; el "Alma" es la Mente Inconsciente y, finalmente, el "Cuerpo" se corresponde con nuestro cuerpo físico. Por lo tanto, lo que nos conecta con nuestro Creador es nuestro Espíritu, que tiene su asiento en la Mente Consciente. Allí es donde radica nuestra Voluntad y nuestro Poder de Decisión.
Se llama "Libre Albedrío" a la capacidad que tenemos de elegir nuestros propios pensamientos. De acuerdo con nuestro libre albedrío, nosotros podemos elegir el "cielo" o el "infierno" según lo que aceptemos como verdadero en nuestra conciencia. Muchas personas creen que el libre albedrío significa escaparle al Karma o hacer lo que se les da la gana, pero esto no es así. Es solamente nuestra libertad de elegir lo que queremos pensar.
Tú puedes elegir pensar que tienes una vida "miserable" o una vida "feliz"; aquello que elijas voluntariamente se depositará en tu mente inconsciente o "alma", y desde allí se manifestará en el mundo físico.
De una manera gráfica, podemos pensar en el "Espíritu" o mente consciente, como la parte que selecciona una "semilla" para sembrar. El "Alma" o mente inconsciente, sería el suelo fértil donde la semilla va a germinar y crecer. El "Cuerpo" sería el fruto, cosecha o resultado que se va a obtener.
Nuestro Poder de Acción radica siempre en la Mente Consciente. De acuerdo con esto, a partir de ahora debemos abandonar la idea de que somos víctimas de nuestro destino y tenemos que empezar a aceptar que "Todo lo que nos ocurre lo estamos eligiendo, de alguna manera".
Muchas de estas elecciones se dan en tan sólo fracciones de segundos y se depositan en nuestra Mente inconciente, donde germinan y luego se manifiestan en nuestras vidas. Por ejemplo: al visitar a un pariente enfermo, es probable que llegues a pensar. "esto podría ocurrirme a mí". En este instante, se produjo el "contagio", ese pensamiento se depositó en tu mente como una semilla. De ahí en adelante, cuanto más pienses en la posibilidad de enfermarte, más estarás "regando" la semilla que finalmente dará su fruto, o sea, la enfermedad.
Así es como funciona todo el Universo. Vivimos en un Universo que siempre dice "Sí" a todo lo que elegimos Creer. La mayoría de nuestras creencias se han ido formando a través del tiempo, de acuerdo con la familia, cultura, sociedad, religión y las instituciones de educación a las que asistimos. Muchas de nuestras ideas ni siquiera son nuestras, sino que han sido impuestas por nuestros mayores a lo largo de nuestra crianza. Es importante saber que todo aquello que ya está depositado en nuestra Mente Inconsciente se puede remover.
Podemos crear nuevos pensamientos, aceptar nuevas ideas y diseñar un porvenir mucho más conveniente y favorable. En ello reside la importancia de conocer los principios metafísicos. Este conocimiento te dará la habilidad de crear el destino feliz que anhelas aunque tu pasado no lo haya sido. Y lo bueno no termina allí: existe un principio metafísico que enseña que "las Leyes Superiores se imponen sobre las Inferiores". Esto significa que "en la medida en que mejores tu vida personal, mejorarás la vida de todos los que te rodean". Curando tus propias heridas, se curarán las de los demás.
Mucha gente cree que sería más feliz si tuviera una pareja mejor, más dinero, más poder o más salud. Ellos creen que algo de afuera tendría que cambiar para poder estar mejor. Sin embargo, el proceso es al revés. "Cambiando nuestros pensamientos y mejorando nuestra propia energía es como mejora nuestra vida".
El Alma
El Alma o su equivalente, la Mente Inconsciente, NO razona, NO elige, NO cuestiona y SIEMPRE DICÉ "SÍ". Si eliges pensar "Mi vida es miserable", entonces la Mente Inconsciente tomará este pensamiento como una orden y se encargará de ejecutar todo lo que está a su alcance para hacer que tu vida sea... miserable. Por el contrario, puedes elegir pensar: "Tengo una vida exitosa y feliz", entonces esa mente te llevará a elegir a todas las personas y las situaciones que te harán sentir exitoso y feliz.
Como Seres Creadores, podemos ir cultivando nuevas ideas en nuestra mente inconsciente, pero primero, debemos Remover lo que está allí. No podemos tener dos "plantaciones" en el mismo lugar. Este no es un trabajo fácil de hacer porque en nuestro inconsciente están depositadas todas las experiencias vividas desde el momento en que fuimos concebidos, las de otras vidas, y todo aquello que experimentamos hasta la fecha. Esta parte de la mente es como un archivo enorme donde están guardados preciosamente todos los recuerdos y los hábitos aprendidos.
Los Hábitos
Nuestro cerebro funciona sobre la base de hábitos porque de esta manera ahorra energía. Una vez que hemos aprendido a vestirnos, ya no tenemos que volver a aprender cada mañana lo mismo. Ponernos una camisa, peinarnos, comer y demás son hábitos aprendidos en la infancia que nos ayudan a desenvolvernos en forma mecánica, ya no debemos pensar más en ello.
El Hábito es como un "mapa" en el Cerebro por donde va la energía cada vez que tenemos que repetir una función ya conocida. Cuanto más repetimos una misma tarea, el hábito se vuelve más fuerte y, por lo tanto, nos resulta más fácil ejecutarla. Es difícil, sino imposible, concebir una vida donde tuviéramos que aprender todo de nuevo cada día.
Los hábitos más importantes se aprenden en los primeros siete años de vida y, luego, los repetimos incansablemente a lo largo de nuestras vidas. En esa etapa... aprendimos a amar, a ser felices o no, a vivir en la prosperidad o en la pobreza, a aceptar nuestra sexualidad o a sentir culpa, y muchas otras cosas más. Todo lo que hemos vivido de niños ha impregnado nuestra Conciencia formando una memoria básica, un "mapa" de ruta elegido por los mayores. Nuestra función como Adultos es seleccionar de todo lo aprendido aquello que nos sirve y aquello que no.
Hay personas que se han criado en hogares con valores morales y espirituales muy positivos, que las llevan a desempeñarse muy bien en su mundo de adultos. Sin embargo, hay otras que han crecido rodeadas de miedo, carencias, o sin amor, y esto les acarrea una falta de confianza y seguridad personal. La mayoría de nosotros hemos recibido una mezcla de influencias; algunas fueron muy buenas y otras muy malas. Por tal motivo, debemos seleccionarlas con criterio.
Nuestro Cerebro funciona gracias a unas células llamadas "neuronas". Cada neurona tiene una extensión semejante a un cable, que se llama "Axón", con el cual se conecta a otra neurona y, así, se transmite el mensaje eléctrico a lo largo del cuerpo. El Cerebro de la orden... las neuronas trasmiten esta orden al cuerpo, y el cuerpo finalmente la ejecuta. Por ejemplo, si siento picazón en mi cara y decido rascarme, en el instante en que tomé la decisión, las neuronas enviaron la señal eléctrica a mi cuerpo, entonces, muevo un brazo y llevo una mano a mi cara para rascarme.
Cuando se repite muchas veces una misma acción, se crea un hábito. Al hacerlo, muchas neuronas se juntan entre sí formando un "cable" más ancho, por el cual la energía se trasmitirá más rápidamente. Esta es la razón por la cual los deportistas entrenan. Al principio, un tenista puede sentirse muy torpe y no lograr que la pelota vaya en la dirección que desea, pero con el tiempo y la repetición, logra un mayor dominio del juego y su cerebro se muestra más preparado para dar una respuesta inmediata adecuada.
Estos cables neuronales NO se separan nunca. Esto significa que una vez aprendido un hábito, éste permanecerá para siempre con nosotros. Pero entonces ¿Cómo podemos Cambiar? La respuesta es muy sencilla: creando un "Nuevo Hábito".
Al principio, este "Nuevo Hábito" será un "cable" muy fino, pero con el tiempo y la repetición se hará un cable más fuerte y grueso que el hábito anterior. Hay personas que debido a la ansiedad fuman; quien lo hace tiene un cable neuronal definido en esa dirección. Si esta persona decide abandonar el vicio, tendrá que reemplazar el hábito de fumar por otro más constructivo, como, por ejemplo: mascar algo, beber un vaso de agua, o hacer gimnasia cada vez que sienta ansiedad. Al principio, este nuevo hábito será muy débil, especialmente si la persona ha fumado por muchos años. La energía siempre tiene a ir por el camino más fácil y esa persona sentirá un fuerte deseo de volver al cigarrillo aún cuando ya esté practicando su nuevo hábito. Solamente con la práctica continua y la repetición la energía seguirá el nuevo camino.
Para que la formación de un nuevo hábito sea exitosa, son necesarias dos condiciones: El deseo y la repetición. Si no existe el deseo de mejorar es imposible hacerlo, y sin la repetición de lo nuevo no lo podemos incorporar.
Si durante mucho tiempo has sido el tipo de persona que piensa más rápidamente en lo negativo que en lo positivo, y hoy decides cambiar, los primeros intentos que hagas no serán muy exitosos y es probable que vuelvas muchas veces y con rapidez a tu estilo anterior. Pero cuanto más entusiasmo y deseo tengas en cambiar, más rápidamente se unirán las neuronas para llevar tu nuevo mensaje al resto del organismo.
Para muchos, el principal obstáculo es la "impaciencia". Existe un fuerte deseo de ver resultados inmediatos; de lo contrario, tienden a descalificar lo aprendido. La Impaciencia es la incapacidad de permitir que transcurra el tiempo necesario para que una nueva idea se afiance en nuestra conciencia. Es como pretender que una planta que acaba de nacer, dé inmediatamente flores y frutos. En otras palabras, la impaciencia es una forma de resistencia al cambio.
Horacio Valsecia


VIVIR ES CONVIVIR



A fin de cuentas, en la vida del hombre no existe más que un único problema: saber dónde está el centro de su alma; averiguar si yo soy el centro de mí mismo o si, en cambio, tengo mi alma volcada hacia fuera de mí, hacia arriba o hacia mi alrededor; aclararme si yo soy mi propio ídolo o si mi corazón es más grande que mis intereses; descubrir si mi existencia es una autofagia (un devorarme a mi mismo) o más bien un servicio a algo diferente de mí y más grande que yo; investigar si me estoy dedicando a chupetear mi propia y personalísima felicidad o si, por el contrario, mi felicidad la he puesto al servicio de una tarea más alta que mi propia vida y de otros seres (incluido el Otro ser, con mayúscula) que valoro como más importantes que yo; en una palabra: saber si mi vida y mi alma se alimentan de amor o de egoísmo.
Éste, repito, es el único y radical dilema, la pregunta clave a la que todo hombre debe responderse con lealtad.
El hombre -todo hombre- nace como una circunferencia con el eje en el centro de sí misma. Todo gira, según su instinto, hacia ese centro mágico, todo debería subordinarse a él según su capricho. Pero el alma, lentamente, comienza a descubrir que hay algo por encima y fuera de esa circunferencia, algo que le afecta también a ella.
¿Qué hacer entonces: atraer todo, subordinar todo hacia ese centro sacratísimo o más bien tender hacia todo eso que se está descubriendo y ensanchar con ello nuestra circunferencia, haciéndonos con ello más grandes? ¿Encasillarnos en nuestro egoísmo, encadenando todo a él o, por el contrario, irnos «descentrando», sacar de nosotros nuestro propio eje para colocar nuestro «polo de atracción» por encima o más allá de nosotros mismos?
¿Nos abrimos en el amor o nos cerramos en nuestra auto-adoración?
Esta es la gran apuesta en la que nos jugamos el «tamaño» de nuestras propias vidas. La primera opción -el egoísmo- conduce a la soledad; la soledad, a la amargura; la amargura, a la desesperación. La segunda -el amor- conduce a la convivencia; la convivencia, a la fecundidad; la fecundidad, a la alegría.
Por eso, el primer gran descubrimiento es el de que el prójimo no es nuestro límite y menos nuestro infierno (como decía descabelladamente Sartre-. «el infierno son los otros»), sino nuestro multiplicador.
Vivir es convivir. Convivir no es semi-vivir, sino multi-vivir; no recorta, aumenta; no condiciona, lanza.
Amar puede implicar alguna renuncia (o comenzar siendo una renuncia), pero siempre termina acrecentando. En rigor -como decía Gabriel Marcel-, «nada está jamás perdido para un hombre que sirve a un gran amor o vive una verdadera amistad, pero todo está perdido para el que está solo.
" No hay más que un sufrimiento, estar solo ".
Yo pienso a veces que si se nos concediera por una gran gracia de Dios descubrir lo que en nuestra alma es realmente nuestro y lo que debemos a los demás, nos impresionaría comprobar qué cortas fueron nuestras conquistas personales. ¿Qué seria yo ahora sin todo lo que recibí de prestado de mis padres, mis hermanos, amigos? ¿Cuántos trozos de mi alma debo a Bach o a Mozart, a Bernanos o a Dostoievski, a Fray Angélico o al Greco, a Francisco de Asís o Tomás de Aquino, a mis profesores de colegio o seminario, a mis compañeros de ordenación y de trabajo, a tantos corno me han querido y ayudado? Me quedaría desnudo si, de repente, me quitaran todos esos préstamos.
¿Y cuánto me ha dado también lo poco que yo di? «La felicidad -decía Follereau- es lo único que estamos seguros de poseer cuando la hemos regalado.»
Vivir es hacer vivir. Hay que crear otras felicidades para ser feliz. Hay que regalar mucho para estar lleno.
En cambio, ¡qué infecundo es nuestro egoísmo, que nada producimos cuando nos encerramos en nosotros mismos¡
Claudel hablaba, con frase tremenda pero certísima, de «la quietud incestuosa de la criatura replegada sobre si misma».
Sí, el egoísmo es infecundo como una masturbación del espíritu. Y es cegador, porque produce un placer tan transitorio, tan breve, tan inútil... Pero, por otro lado, ¡está tan dentro de nosotros! Sólo un alma muy despierta no rueda por esa cuesta abajo, tan cómoda como es de bajar.
Incluso, con frecuencia, se disfraza de amor. Esto sucede cuando «usamos» el amado o la cosa amada para nuestro personal regodeo. Cuando creemos amar, pero atrapamos. Cuando queremos «para» ser queridos. Cuando convertimos el ser amado o la vocación amada en un espejo donde nos vemos a nosotros mismos multiplicados.
«Nos vemos -ha escrito Moeller- constantemente tentados a convertir a los demás en resonadores o amplificadores de nuestro yo. Queremos poseemos más ampliamente en su mirada, en sus pensamientos, en su aprobación; entonces nos parece que ya no abrazamos la miserable imagen de nuestra limitación individual, sino una silueta desmesuradamente agrandada, ampliada a las dimensiones de una familia, de un país o incluso de un mundo.
Cada vez que la persona amada es reducida a la condición de espejo, se convierte en instrumento, en objeto bruto, del que yo me sirvo para agrandarme a mí mismo.»
Podemos incluso creer que amamos a Dios cuando le «usamos» simplemente. No le amamos a él, sino al fruto que de él esperamos. Convertimos a Dios en «un ojo que me tranquiliza, que me garantiza «mi» eternidad. Pero eso no es una verdadera religiosidad. Es, cuando más, simple narcisismo religioso.
El verdadero amor es, en cambio, el que nos saca de nosotros mismos, el que nos lanza hacia afuera y nos enriquece, no por lo que nos devuelven, sino porque el simple acto de salir de nosotros es enriquecedor. El alma se estira cuando se abre. Se vuelve fecunda por el hecho de abrirse.
«Tan pronto -dice Marcel- como surge la amistad (hacia Dios, hacia los hombres, hacia las cosas, hacia la tarea emprendida, concretaría yo), el tiempo se abre y el alma sabe que no se pertenece a sí misma, que el único uso legítimo de su voluntad consiste precisamente en reconocer que no se pertenece. Partiendo de este reconocimiento puede obrar, puede crear.»
Pues sólo se obra, sólo se crea por amor. Más: sólo se cree por amor. Y eso es lo que hace que la fe en Dios esté tan unida al amor a los hermanos. «La fe -decía Guardini- es una llama que se enciende en otra llama», pues hasta Dios «llega a nosotros por el corazón de los demás». O como decía Peguy: «Cristiano es el que da la mano. El que no da la mano, ése no es cristiano, y poco importa lo que pueda hacer con esa mano».
Por todo ello, el amor no es un añadido. Como si se dijera: yo soy bueno, y además, con lo que me sobra, amo, regalo los sobrantes de la maravilla de mi almita.
Al contrario: yo soy bueno en la medida en que amo, vivo en la medida en que amo. No sólo es que -como decía Camus- debería «darnos vergüenza ser felices nosotros solos»; es que solos podemos tener placer, pero no felicidad; es que solos podemos correr tanto como un coche dentro de un garaje, ya que, por fortuna, los sueños de nuestra alma son siempre mayores que nuestra propia alma, que no se desarrolla encastillada dentro de las cuatro paredes de nuestros propios intereses.
Lo más importante de nosotros mismos está fuera de nosotros: arriba, en Dios; a derecha e izquierda, en cuanto nos rodea. Por eso, el amor no es la nata y la guinda con la que adornamos la tarta de la vida. Es la harina con la que la fabricamos para que sea verdadera
Jose Luis Martín Descalzo